“Mi hijo, el Doctor”: movilidad social ascendente y federalismo
La recuperación de la capacidad adquisitiva de los salarios de la clase trabajadora ha permitido el acceso a la educación superior a jóvenes provenientes de los sectores populares y las barriadas. Muchos médicos, abogados, arquitectos, ingenieros, contadores, cientistas sociales, docentes, etc. somos la primera generación de profesionales en nuestras familias.María Agustina Díaz *OpiniónCabe destacar, en particular, la increíble experiencia transitada en las Universidades Nacionales del conurbano bonaerense, donde los índices registran que más de un 90% de los alumnos son primera generación de profesionales en sus hogares.Esta posibilidad de obtener un título superior o de grado constituye una parte central de aquello que se denomina "movilidad social ascendente".Dicha dinámica social caracterizó a la Argentina durante todo el siglo XX hasta truncarse en su último decenio cuando las tasas de movilidad no sólo se estancaron sino que arrojaron las cifras de un fenómeno nuevo y desalentador: generaciones de niños y jóvenes pauperizadas, más que las generaciones precedentes, en otras palabras, hijos más pobres que sus padres.Miles de jóvenes se trasladan año a año a las grandes ciudades del país donde radican las universidades nacionales. Allí viven durante años, sostenidos por sus padres o con trabajo propio, hasta que alcanzan los títulos perseguidos.Y lo novedoso comienza en este punto. Paulatinamente la tendencia de los profesionales provincianos a radicarse de por vida en estas ciudades declina frente al deseo de retornar al lugar de origen.Tras algunos años en búsqueda de experiencia laboral o la obtención de alguna especialización o título de posgrado, el deseo de "volver al pago" exhorta a miles de jóvenes a comenzar a andar el camino del "retorno exitoso", es decir, un retorno donde la inserción laboral resulte efectiva y prometedora.El retorno exitoso depende de la decisión personal y profesional de los jóvenes y de las políticas de Estado que se instrumenten en este sentido. Tras la "repatriación de científicos", un logro indiscutido de este gobierno, la "reprovincialización de profesionales" adquiere cada vez mayor envergadura. Provincias que contengan académica y laboralmente a sus jóvenes nos instala la discusión sobre un proyecto nacional pero, no por ello, menos federal.Así es como reza la hermosa canción de Peteco Carabajal, popularizada en la voz de Mercedes Sosa: "Fue mucho mi penar andado lejos del pago (...) estaba en donde nací lo que buscaba por ahí". Ojalá siempre sea así.* Licenciada en Ciencia Política / Asesora de la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios