HISTORIA DE VIDA
Nilda Teresita Bidart, la gualeguaychuense que vota desde la primera vez que pudieron sufragar las mujeres
Nació en 1931 por lo que cuando las mujeres pudieron votar por vez primera en Argentina, Nilda Teresita Bidart tenía 20 años, desde entonces no ha dejado de ejercer su derecho y responsabilidad de democrática.
Por Camila Mateo
Nilda tiene 92 años, una cabellera blanca y un bastón que la ayuda en su paso lento, le gusta estar en el patio de su casa donde su hija le corta flores para traer un poco el perfume del exterior al living de su casa.
Se presentó como viuda de “Chocho” Pancracio y contó que toda su vida votó en la escuela Rawson, incluso lo sigue haciendo ahora que ya tiene la edad para abstenerse de ejercer su derecho democrático.
Sentada en una silla con cuadros a su espalda que dan cuenta de sus familiares y experiencia de vida, Nilda comentó que nació en 1931 y que tenía cinco hermanos varones y una hermana que se había recibido de maestra. Ella intentó estudiar farmacia como su padre en Buenos Aires pero extrañaba mucho, así que después de un cuatrimestre decidió volver a Gualeguaychú y comenzó a estudiar como administrativa en la YPF que quedaba en Urquiza y Magnasco.
Sobre por qué desde el primer momento no dudo en votar, Nilda respondió que “me gusta cumplir, yo me crie con mis hermanos, que eran cinco varones y eran todos politiqueros, y mi papá pertenecía a un partido político. Tenía 3 años cuando él falleció, en mi casa siempre se hablaba de política”.
Recordó que la primera vez que fue a sufragar lo hizo acompaña de su mamá, y todas sus amigas en ese momento también lo hicieron.
“Era importante ir a votar, el cuarto oscuro era toda una experiencia. La primera vez que fui, todas mis amigas también lo hicieron. Cada una iba a votar por su lado. Siempre voté en la escuela Rawson, hasta el día de hoy. Solo hubo una excepción en las últimas votaciones de 2019 cuando estaban arreglando el colegio y me tocó en la Sagrada Familia”, relató Nilda sobre su experiencia.
Y agregó: “Yo siempre llevaba el voto, pero miraba todo en lo que había en el cuarto oscuro y observaba quién tenía más o menos boletas”.
La sufragista histórica confirmó que votará durante este balotaje: “Vamos a ver cómo nos va”, expresó en esta dirección.
“Yo con todos los que hablo van a votar, y los que no van son unos sonsos porque hay que ir a votar, es una obligación. A los que no les interesa es porque no saben, pero es importante para el futuro del país, vamos a ver qué va a pasar. Es tremendo como está todo, me preocupa, yo soy sola pero tengo que tener compañías y pagar, es bravo”, concluyó.
Nilda es madre de tres hijos, dos varones y una mujer, María Luisa Pancracio que es quien la lleva a votar. Al respecto, se expresó sobre el compromiso de su madre: “Tiene una voluntad bárbara para ir, sobre todo porque el día de las generales llovía mucho. El día anterior estaba preguntándome en qué momento la iba a llevar, y cuando vi que llovía le dije que cuando parara. A las 15 cuando se despejó le mandé un Whatsapp, porque anda con el Whatsapp, y cerca de las 15.30 fuimos, no había casi nadie”.
Historia del voto femenino
Fueron más 3,5 millones las mujeres que votaron por primera vez en las elecciones presidenciales del 11 de noviembre de 1951. Hasta esa fecha, sólo los varones mayores de 18 años tenían el derecho de hacerlo. Llegar hasta allí implicó recorrer un camino muchas veces tormentoso, pero hubo un grupo de inquebrantables que en 1907 estableció un precedente al fundar el Comité Pro-Sufragio Femenino: Alicia Moreau, Julieta Lanteri, Sara Justo y Elvira Rawson de Dellepiane, fueron algunas de ellas.
Cuarenta años más tarde, Eva Perón habló en seis oportunidades para exigir públicamente que se sancionara la ley de sufragio femenino, encabezada por el mendocino Lorenzo Soler (de la Unión Cívica Radical Junta Renovadora), aprobada por el Senado de la Nación el 21 de agosto de 1946 y que esperaba la media sanción de los diputados.
El 9 de septiembre de 1947, miles de mujeres se concentraron frente al Congreso de la Nación para exigir su derecho al voto, mientras la cámara Baja trataba el proyecto. Se aprobó y el 23 de septiembre de ese año se promulgó como la Ley 13.010, a sólo tres semanas de perder estado parlamentario.
Con la Ley 13.010, no sólo llegó el derecho al voto sino también el empadronamiento femenino que, en consecuencia, logró la obtención de la Libreta Cívica y les otorgó a las mujeres la posibilidad de acceder a cargos electivos.
En tanto, Eva votó desde la cama de un hospital, hasta donde se trasladaron las autoridades de la mesa que tenía asignada para cumplir por primera vez con su deber cívico. Ocho meses más tarde murió sabiendo lo que había logrado.
Por otra parte, en 1949 se creó el Partido Peronista Femenino , el primer partido político masivo de mujeres en nuestro país y que tuvo tantísimo que ver con lo que ocurrió el 11 de noviembre de 1951, cuando las mujeres de Argentina votaron por primera vez, ya que a través de una despliegue territorial excepcional dio a conocer a las mujeres este nuevo derecho, ante la falta de medios de comunicación. Aquel 11 de noviembre de 1951, votó más del 90% de las mujeres empadronadas.