
En las libretas de clasificaciones, además de las notas correspondientes a cada bimestre, había mensajes para los alumnos y los padres. Los mismos hacían referencia a las condiciones de ingreso al Departamento de Aplicación como así también con respecto al aseo y a la asistencia.Lic. Marcos Henchoz*
ColaboraciónEn cuanto a los alumnos o educandos decían lo siguiente: "La escuela necesita que sus educandos sean empeñosos, decididos y francos; que se afanen y no se desdigan; que se comprometan y cumplan; que hablen y no mientan. Que sean comedidos, cariñosos y buenos en la casa; estudiosos, obedientes y dóciles en la escuela; respetuosos y dignos en todas partes. Para ello solo abrigarán en su mente ideas y acciones sanas y juiciosas; no mancharán sus labios con palabras impuras, ni con palabras que signifiquen mentir; ni sus manos percibiendo objetos o dineros indebidos; serán afectuosos, sinceros y leales para con sus padres y maestros para con sus hermanos y amigos; rehusarán la calle por los peligros morales y materiales que ocasiona a los que la frecuentan demasiado, y concurrirán a la Escuela para vivir en ella, en pensamiento y acción, para llevar con orgullo el uniforme escolar y dignificarlo con la labor paciente y provechosa ..."Los alumnos debían concurrir a la escuela a la hora establecida por los horarios de clases; ya que empezaban estrictamente de acuerdo con ellos. Las llegadas fuera de horario como las inasistencias debían ser justificadas por los padres al día siguiente.Para 1915, el Rector Profesor Bernardo Peyret, publica una exhortación destinada a los educandos y que antes de comenzar la primera clase de la mañana y de la tarde, los maestros de grado pasarán revista de la limpieza personal de cada alumno durante la formación general: diciendo lo siguiente: "
Los niños deben presentarse diariamente a la escuela: con la cara, las manos y las uñas perfectamente limpias; con el cabello corto y peinado; con el uniforme completo y bien conservado, sin manchas ni roturas; con la corbata sana, limpia y hecha moño; con el cuello perfectamente blanco y planchado; con la gorra bien tenida y en ella la insignia de la escuela; con los botines brillantes por el lustre y el aseo". Fuentes: Archivos de la ENOVA
* Profesor de Historia