La automedicación es una práctica riesgosa que se debe erradicar, por eso conviene hablar sobre el tema. Por Dres. Norberto Furman y Abel LemiñaJefe y Sub-Jefe Equipo de QuiropraxiaInstituto Furman de Bs. As. La medicina no es una ciencia exacta, lo que la hace por un lado apasionante pero por otro la convierte en un espacio de lógicas dudas. Naturalmente esas dudas disminuyen si el que está frente a un cuadro clínico es un profesional que estudió para ello, que se supone se especializó en un tema y buscó actualizarse en la materia, mediante cursos.Esta situación, llevada al común de la gente, se transforma en campo propicio para errores que son horrores con su consiguiente riesgo, a la hora de tomar decisiones inconsultas y donde lamentablemente tiene su máximo exponente, en la hiper-riesgosa costumbre de automedicarse. El médico frustradoPasa que además de haber un sobreestímulo comercial en pro del consumo de medicamentos, la verdad es que en cada uno parece haber subconscientemente un médico frustrado, porque a la mayoría, en realidad, le gusta aconsejar la ingesta de tal o cual medicamento, como si fuese una simple receta de cocina.Eso ocurre en relación a terceros, pero esta costumbre no es sólo para los otros, sino que muchos tienen su receta "infalible" para automedicarse ante un cuadro clínico que a priori parece ser "lo mismo de la otra vez". Suena simpático, pero a nosotros que estamos en la salud nos espanta la idea de estas acciones que pueden ir desde algo banal hasta poner en riesgo la vida del recetado, sea uno o un tercero. Del tomate ésto directo al quirófanoEstas situaciones no son aisladas, sino que cotidianamente nos enfrentamos a hechos que denotan una gran audacia para decirle al vecino, al amigo, familiar, madre o hijo que tome el remedio salvador.Así, víctimas de esa costumbre, hemos visto apendicitis automedicadas que llegan a la guardia ya en grado de peritonitis, y que salen del quirófano con vida si las manos sabias del cirujano, acompañadas a esa altura de las circunstancias por las de Dios juegan en equipo.Por eso, demorar la consulta puede ser grave, ya que en realidad uno de los puntos cruciales del ejercicio de la medicina es el de diagnosticar, donde lo ideal, aunque no siempre es fácil, es hallar lo antes posible el diagnóstico de certeza. La consulta es el camino Muchos van al consultorio por una lumbalgia, que padecen hace unos días, y comentan que tomaron antiinflamatorios y no le calmó, se hicieron masajes, se pusieron una almohadilla térmica, hicieron elongaciones, iguales a la que le indicaron al primo del vecino o al compañero de trabajo, etc. y nada les hizo efecto.Al fin, luego de tantas recetas frustradas, en la consulta, el médico comienza por escuchar el relato del paciente y luego de preguntar algunas cositas, ya deduce un posible diagnóstico, al revisar directamente al paciente, la cosa se va aclarando y si quedan dudas se solicitan estudios complementarios. Un ejemplo frecuenteSe ha dado casos, y que sirva de ejemplo, en que esa lumbalgia no era de solución traumatológica y kinesiológica, sino que el paciente se va con una derivación al urólogo o nefrólogo, ya que el verdadero origen del problema estaba en los riñones o en parte de las vías urinarias.Por que no todo dolor lumbar es por la columna, por los discos herniados o por esfuerzos, la lumbalgia es un síntoma que avisa que algo no anda bien, y sólo un profesional de la salud está capacitado para entender el mensaje de los síntomas.Este caso que expusimos es para que sepan que hay algo que se llama diagnóstico diferencial y que nadie no universitario está capacitado para hacerlo, es más, muchas veces se requiere de interconsultas entre especialistas para llegar a una conclusión lo más exacta posible. No perder tiempo para ganar saludPor eso, cuando tenga una dolencia, sepa que es la alarma del organismo, el mensaje que su cuerpo emite con su idioma, el cual sólo lo entienden los que estudiaron para ello.No se equivoque perdiendo tiempo y consulte cuanto antes, para arribar al diagnóstico rápidamente y tomar las medidas que la ciencia indica.No se automedique, y no medique a terceros, el mejor consejo es que ante un cuadro clínico, cualquiera sea, si quiere ser aliado de la medicina, vaya a la consulta o lleve al familiar para que no termine teniendo un cargo de conciencia por no haber hecho lo correcto.