¿No todos los amigos son buenos amigos?
Por algún motivo, relacionado con la llegada del hombre a pisar la Luna, mañana se celebra en varios países el "día del amigo".Monseñor Jorge Eduardo Lozano Un poema de Joan Manuel Serrat expresa con belleza: "Decir amigo/es decir juegos, escuela, calle y niñez (...) Decir amigo/es decir aula/laboratorio y bedel/ Billar y cine..." Y cuántos espacios propios podemos seguir mencionando. Lugares, aromas, horarios, colores... rostros, historias compartidas que nos hacen encontrar solamente una palabra como la más representativa de esa realidad interior profunda: amistad.Otras palabras designan modos de vincularnos, desde los más duraderos hasta los más fugaces: conciudadanos, compañeros, consorcistas, socios, vecinos... Relaciones que son importantes para los afectos, y otras que se plantean solamente por algún interés material.Pero la amistad está por encima de cualquier tipo de interés. Es cierta la frase "dime con quién andas, y te diré quién eres". Porque del andar juntos se van produciendo semejanzas en gustos, expresiones, valores... aun cuando podamos ser de religiones diversas, o distintas ideas políticas.Tanto es así, que cuando queremos mucho a alguien decimos que "es como de la familia".Los amigos siempre buscan lo que nos hace bien. En el Evangelio de San Marcos se nos cuenta cómo un hombre paralítico es ayudado por sus amigos porque, como había mucha gente, hicieron un agujero en el techo para bajarlo en la camilla delante de Jesús. Pusieron esfuerzo, creatividad, aliento. Descartaron el temor al ridículo, al reto que les podían dar. (Mc 2, 1-11)Francisco nos llama a centrar nuestra mirada y nuestro corazón en los pobres: "Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos". (EG 198)Jesús andaba entre los pobres, los pecadores, los marginados y excluidos de su tiempo. De Él criticaban estas compañías. Él aceptaba la hospitalidad y la brindaba. Se le aplicaba "dime con quién andas y te diré quién eres", y Jesús dirá "yo soy el Buen Pastor".Que en estos días también dejemos crecer en nosotros el deseo de crecer en la amistad social. *Obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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