Nunca estamos al margen
Por monseñor Jorge Eduardo Lozano*Opinión Hace una semana rezábamos juntos por el pueblo haitiano. Hoy lo hacemos por el pueblo chileno."...Cuando miro el cielo, veo acá mis nubes y allí mi Cruz del Sur / mi alrededor son los ojos de todos y no me siento al margen", dice el poeta uruguayo Mario Benedetti evocando su patria.Nada que suceda en las patrias de nuestros hermanos nos es ajeno. La patria de nuestros hermanos chilenos no está "al margen". Estamos al lado que es lo mismo que decir juntos, hasta cumplimos y celebramos nuestro bicentenario en este mismo año.Ayer Chile tembló con un terremoto de 8.8 en la escala de Richter y se encadenaron remezones de ese movimiento en varias provincias argentinas. También hubo alertas de tsunami en Perú, Ecuador, Australia, Hawai... Hasta el momento en que estoy escribiendo estas palabras —sábado a la tarde—ya había en el país trasandino más de 200 muertos.Siguen llegando las noticias: "solidaridad con....", "se suspende festival...", "sacudió el centro y sur...", "los damnificados...", "se aplaza el inicio del año escolar...", "evacuan la isla...". Frases con absoluto contenido humano porque en cada gesto, en cada centímetro cuadrado de tierra fragmentada, en cada decisión que acerca alivio a los que están sufriendo las consecuencias del terremoto, está la gente. Inesperadamente voces y sueños, vidas y proyectos, dan espacio imprescindible a la urgencia del imponderable.Manos de ayuda llegan de todas partes hasta la delgada patria chilena. La naturaleza no elige lugares para hacerse sentir. La presencia fraterna ante el dolor, tampoco. De eso se trata conmovernos: "mover el corazón" y ponernos en marcha para estar al lado de los hermanos. Y descubrimos una vez más que el sufrimiento del otro también es el nuestro.Eladia Blázquez nos describe desde su canción: "Con las alas del alma desplegadas al viento / ante cada noticia de estupor, de injusticia / me desangro por dentro y me duele la gente, su dolor, sus heridas / porque así solamente interpreto la vida".La gente y sus vidas nos duelen. No estamos al margen.Padre Bueno del Cielo, no dejes que la noche nos sorprenda sin ti. Pidamos a la Virgen del Carmen, Patrona del pueblo chileno, cuide de todos con ternura de Madre. * Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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