Omar Wilhelm: ”En tiempos de producción la quinta no da descanso”

En los alrededores de Gualeguaychú, encontramos chacras, que en su momento estaban cubiertas de vegetación, dedicadas a la producción de verduras y hortalizas.
Clave, el papel del INTA, la Facultad de Bromatología y el Municipio que apoyan a quienes apuestan a trabajar la tierra. Omar Wilhelm es uno de ellosEn la zona del Gualeyán, Omar Wilhelm movía la tierra con un rotocultivador, elemento que facilita el trabajo del huertero, con un escardillo que va moviendo la tierra" explica el chacrero, mientras se secaba el sudor de la frente. Casi las diez de la mañana y el sol castigaba fuerte en la humanidad de Omar, hombre acostumbrado al trabajo rudo y a los rigores del clima.En décadas pasadas, Wilhelm trabajó en la Colonia, con el sistema de siembra convencional, empleando arado, disco y reja. Tiempos en que el cultivo por excelencia era el lino, hoy desaparecido en la zona.Por esas cosas de la vida, dejó el campo para dedicarse la huerta y otras producciones en la chacra de una familia que le presta un par de hectáreas."Gracias al INTA ( AER Gualeguaychú), conseguí herramientas, semillas y un crédito para levantar un invernáculo", que el pequeño productor construirá con sus propias manos.Sobre lo que produce en la quinta, comentó que trabaja con: Zapallo (tronco, calabaza), melón, batata que es lo que comercializamos en una frutería de la ciudad", mientras que la verdura de hoja es "para consumo propio".En el 2015, la producción de batata, rindió unos 1500 kilos, cosecha que realizó a mano. Comentó que "algunos la dan vuelta con el arado, mientras que en mi caso lo hago con una azada, agachando el lomo a fines de febrero y principios de marzo, con soles que queman, pero la vida del que trabaja en la quinta es así. "Se labura al aire libre con las contingencias climáticas de cada estación", puntualizó con la naturalidad de quien está acostumbrado a trabajar la tierra y sacar los mejores frutos.La chacra demanda atención todos los días, y el quintero no sabe de fines de semana o feriados." En tiempos de producción, cuando se puede trabajar la tierra no hay descanso", indicó.ConservacionistaExplicó que no utiliza productos químicos en su huerta, para combatir plagas y enfermedades que se presentan como bicho moro, y ocasionalmente hormigas, aunque el principal problema pasa por las liebres. Detalló que así, como esta la batata, "la poda y provoca desastres". Para combatirla colocó un boyero eléctrico a baja altura, sin embargo "la saltan e ingresan a la quinta", contó.El Invernáculo y Vivero.Una vez terminado, tendrá como destino el cultivo de tomates, lechuga, acelga, que es lo que más resguardo del clima requiere. "Se puede trabajar durante todo el año, con riego por goteo, tener en cuenta la luminosidad, entre otros detalles".AgradecimientoFinalmente, se mostró agradecido por el apoyo del INTA que le abrió las puertas "algo que antes no pasaba, y hoy el que quiere trabajar puede hacerlo", subrayó. El Rol del EstadoRicardo Araujo, encargado de la Agencia de Extensión Rural del Inta, se refirió al apoyo que brinda el Instituto junto al Municipio y la Facultad de Bromatología a personas que trabajan en pequeñas superficies con "un proyecto de minifundio que lleva tres años de marcado éxito, tales como la introducción de la batata gen, también el de una papa comercial, con la cual se van a hacer unos ensayos para saber que rindes se pueden obtener en la zona". Acotó que la idea, junto a los huerteros, es la de poder darle un valor agregado y en eso estamos, aunque "no sea tan sencillo conseguirlo", subrayó.Señaló que se han logrado créditos blandos "otorgados por el Ministerio de Agricultura a gente que se esfuerza por salir adelante y que sabe darle destino a ese préstamo para la adquisición de herramientas y construcción de invernáculos" ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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