Oposición y medios: De la opinión al proyecto político
El nuevo milenio encontró a América Latina bajo la égida de gobiernos de "nuevo cuño", cuyas matrices de organización estatal, política y social se diferencian sustancialmente de aquella que había orientado la región desde fines de los años 80'.María Agustina Díaz*Esta experiencia ha sido inédita e inesperada tanto por las fuerzas políticas que lo lideran como para aquellos sectores de resistencia.En cada país, de manera particular, el proceso adquirió características, tiempos y especificidades según las propias potencialidades o condicionantes internos. Ahora bien, todos poseen una raigambre común y compartida. A grades rasgos, movimientos y fuerzas políticas asociadas a la centro izquierda asumieron los gobiernos en un contexto fortísimo de deslegitimación de la clase política dirigente (crisis de representatividad) y en un contexto de decadencia social con índices descomunales de pobreza y desempleo, secuelas de la implementación de las Reformas Estructurales promovidas por los organismos multilaterales de crédito.La fijación de un nuevo rumbo económico y político parecía imposible en el clima de desconfianza y subestimación dirigencial en la que asumieron estos mandatarios. Realidad que también dejó perplejos a los partidos de la oposición, desarmados y deslegitimados, quienes esperaban un pronto fracaso y un regreso a la "normalidad".Esto es lo que explica, en gran medida, la centralidad que los Medios de Comunicación han asumido como voz del discurso opositor, no sólo en Argentina sino en todas las experiencias latinoamericanas. Ellos se encuentran en la difícil tarea de organizar un discurso estructuralmente minoritario y de aglutinar propuestas desagregadas.Claro que dicho discurso, en exceso y exclusivamente reclamativo, no resuelve ni supera la situación de "orfandad" política en la que se encuentran los sectores de la oposición sino que, por el contrario, la profundizan y perpetúan.En ningún caso las crónicas y las columnas de opinión articulan por sí mismas idearios, marcos ideológicos y propuestas políticas. La política se supera con política, y la democracia crece entre medio de las normas y sistemas institucionales que la resguardan y protegen.En este marco se inserta la discusión por la democratización del acceso a la producción de contenidos comunicacionales en toda la Patria Grande, y la vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en nuestra Patria más chica. Su aplicación efectiva no dejará muda a las voces disidentes sino que, por el contrario, obligará a una oposición hasta ahora sólo irresponsable a darse la difícil tarea de articular un discurso convocante que pueda traducirse electoralmente. No se trata de acallar voces, sino de darle a esas voces un lenguaje que exprese coherentemente un proyecto. Nada más, nada menos.* Licenciada en Ciencia Política / Asesora Casa de Entre Ríos en Buenos Aires.
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