Osvaldo Magnasco y la educación productiva
El 4 de julio de 1864 nacía en Gualeguaychú Osvaldo Magnasco, el hombre de la Generación del '80 que fue original al impulsar iniciativas a favor de una educación para las áreas vinculadas con la producción.El gualeguaychuense ha sido reivindicado, con justicia, por la reforma educativa que impulsó, siendo Ministro de Justicia e Instrucción Pública durante el segundo gobierno de Julio Roca (1894-1904), en favor de la enseñanza técnica y productiva.La idea fue superar al abstractismo de una concepción excesivamente teórica de la formación humana, para abrir paso a una educación más práctica y empírica, a tono con un país que debía desplegar sus fuerzas productivas.Magnasco consideraba que el sistema universalista, enciclopédico y verbalista no respondía a las necesidades de la época, cuando el desarrollo del país necesitaba de más profesionales y técnicos para diversificar su economía que hasta el momento se sustentaba en las exportaciones de carnes y granos.Su propuesta implicaba sustituir los bachilleratos comunes por un sistema de colegios secundarios descentralizados que respondieran a las características de cada región, con una considerable reducción de los contenidos humanistas, como la enseñanza del latín.Proponía en cambio incorporar "nociones elementales de trabajo agrícola, de trabajo y dibujo industrial y de química aplicada a nuestras principales industrias"."Al incorporar la educación práctica y técnica en la enseñanza media, se asestaba un duro golpe al carácter rivadaviano, iluminista y afrancesado que caracterizaba la enseñanza secundaria", refiere Jorge Batista, en su libro "Osvaldo Magnasco: en la huella de Alberdi"."Además -agrega- descentralizaba la educación, consolidaba cada región dueña de necesidades productivas particulares; y evitaba el éxodo que se producía en el interior, con lo que las provincias conservaban a sus hijos y sectores dirigentes, apegados a la tierra".El historiador local Julio Irazusta, por su lado, en una conferencia acerca de Magnasco, dictada en Gualeguaychú en 1958, expresó que el ministro entrerriano "proyectó cambios tendientes a preparar a los argentinos para sus intereses concretos".Pero la reforma de Magnasco, una verdadera revolución para la época, fue rechazada. Los sectores influyentes de Buenos Aires, que concebían a la educación secundaria como mera preparatoria para el acceso a la universidad, reaccionaron rápidamente con una campaña de descrédito hacia Magnasco.De hecho el gualeguaychuense debió abandonar el Ministerio, ante una calumnia lanzada contra él por sus adversarios (mitristas), por supuesto aprovechamiento de dineros públicos.El operativo de desprestigio llegó al Congreso, donde un sector importante del propio roquismo se opuso a la sanción del proyecto. Ante estos hechos, el presidente Roca hizo renunciar a su ministro.En el debate en el Congreso (poco antes de su renuncia), Magnasco dijo: "Vengo con el alma enferma, enferma por el país, con el alma dolorida por la amarga injusticia". El episodio marcó el retiro de la vida política del gualeguaychuense a los 37 años. Pero el curso ulterior de los acontecimientos educativos y el paso de los años, le terminaron dando la razón.Por no haber aceptado las ideas de Magnasco y su plan de reforma de la enseñanza media, el país perdió un tiempo precioso para la implementación de la enseñanza técnica y profesional, cuyo auge recién se produjo bien entrado el siglo XX.
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