Otra relación de fuerzas con Europa
En Chile concluyó la cumbre de jefes de Estado de países de América Latina y del Caribe unidos en la comunidad CELAC con la Unión Europea.Del encuentro quedó claro que la relación entre ambos bloques es bastante menos asimétrica que en el pasado.Uno de los hechos que ha caracterizado la economía mundial, durante buena parte del siglo XX, es el desequilibrio existente entre los bajos precios de las materias primas y los altos precios de los productos manufacturados.La asimetría condena a Latinoamérica, en tanto productor de productos primarios, a una condición periférica y subdesarrollada, frente a las sociedades industrializadas, como las europeas, situadas en el centro del desarrollo económico.Este cuadro de situación se vio como una fatalidad, como una tendencia irrevocable. De hecho, sobre el mismo se montó la teoría de la dependencia, de moda en los 70, según la cual la pobreza de la región es imputable al "centro desarrollado".Desde esta perspectiva, en efecto, desarrollo y subdesarrollo económicos serían dos caras de una misma moneda: algunos países se enriquecen porque otros se empobrecen, a causa del comercio.Los países pobres se encontrarían así en una relación de "dependencia" respecto a los más ricos, a los que se les proporcionan materias primas, a precios irrisorios, a cambio de caras manufacturas.Si los países "avanzados" no pagan precios "justos" por las materias primas (energía, alimentos y demás), y siendo esos productos la principal fuente de ingreso de Latinoamérica, ¿cómo harían sus países para "financiar" su desarrollo económico, y eventualmente industrializarse?Esta era la pregunta sin respuesta que atormentó durante mucho tiempo a los latinoamericanos. ¿Es que acaso había que resignarse a una situación eterna de subordinación en el mercado internacional?Pero en la historia no rigen las leyes inexorables, similares a las que se verifican en el mundo de la naturaleza. En el mundo del hombre nada es para siempre. En este sentido, a nadie pasó desapercibido en Chile el cambio de época.El cónclave se desarrolló en un momento donde la economía europea sufre la peor crisis en la historia, mientras que América Latina registra un gran crecimiento sostenido en los últimos años.Que el crecimiento de la economía latinoamericana es mayor que el de los países ricos es un fenómeno instalado por lo menos en la última década y que ha perforado el sistema de creencias global.El dato confirma una tendencia mundial según la cual, de un tiempo a esta parte, los términos del intercambio resultan beneficiosos para aquellos países que, como Argentina, producen materias primasDos circunstancia externas han venido explicando el boom latinoamericano: abundante liquidez global (efecto de la bajas tasas de interés) y precios elevados de las materias primas que exporta el continente (gracias a la demanda asiática).Al analizar las implicancias de la nueva "alianza estratégica" sellada entre ambas regiones, la Celac y la UE, tras el acuerdo alcanzado en Chile por los jefes de Estado, los analistas dan cuenta del hecho inédito de que Latinoamérica ha sufrido las mínimas pérdidas por la crisis financiera y económica mundial.La conclusión que sacan es que la relación de fuerzas entre Europa y América Latina ha cambiado, a partir de que la dinámica de la globalización, con epicentro en Asia, le ha dado a la región autonomía financiera, por los ingresos derivados de sus exportaciones.
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