País donde siempre vuelve la crisis racial
La exoneración, por parte de un jurado, de un policía blanco que este verano mató a un joven negro desarmado, levantó una ola de protestas de la comunidad afroamericana de Estados Unidos. La decisión del tribunal de Ferguson de no procesar penalmente a Darren Wilson, el policía que abatió al adolescente negro Michael Brown, desencadenó una ola de disturbios con varios muertos.Para la comunidad negra el caso de Ferguson muestra una vez más de qué manera el poder blanco (los miembros del tribunal pertenecen a esta raza) utilizan el sistema judicial para discriminarla.Los miembros del tribunal, por su parte, sostuvieron que habría sido una aberración juzgar sin pruebas a un policía que ejerció, según ellos, su derecho legítimo a la autodefensa.El episodio, que conmueve a la opinión pública norteamericana, ha reactivado la vieja dualidad blancos-negros, que ha signado la historia de Estados Unidos. Sobre todo le ha dado la razón a los que están convencidos que se trata de un país racista, medio siglo después del "Tengo un sueño" de Martin Luther King.¿Cómo pueden darse estas cosas en un país con un presidente negro? ¿Es posible que ocurran durante el gobierno de Barack Obama, cuya imagen de político posracial es indisoluble de su ascenso a la Casa Blanca?Los analistas políticos revelan que el gobierno central, que Obama representa, no controla ni a los tribunales ni a los policías locales, y por tanto tiene poco margen para influir en los acontecimientos.En su primera intervención, tras el anuncio de la decisión del jurado, el presidente reconoció que "hay personas buenas en ambos lados de este debate".Y añadió: "No es mi trabajo como presidente comentar investigaciones en curso o casos específicos". La opción que le quedaría a Obama, según los observadores, es instar a un debate sobre la relación de la policía con las minorías, en especial la afroamericana.Por otro lado, los politólogos sostienen que Obama quiere ser visto como un líder para todos, para los negros y los blancos, y en este sentido se esfuerza por asumir una posición equidistante, aunque ha dado instrucciones para que las prácticas policiales y judiciales "sean justas y se apliquen con igualdad a todas las personas de este país".La esclavitud y la segregación han sido una constante en la historia de Estados Unidos. En el siglo XIX la nación se desangró en la llamada Guerra de Secesión, en la que confrontaron el sur esclavista (la Confederación) y el Norte abolicionista (la Unión).Abraham Lincoln, quien lideró el triunfo del Norte, es considerado un héroe nacional, por ser justamente el precursor del fin de la esclavitud, desde el punto de vista institucional.Pero la obra de Lincoln quedó incompleta. Fue asesinado al terminar el conflicto por un fanático sudista. Además, terminada la guerra de Secesión (1865), que los liberó oficialmente de la esclavitud, los negros, como minoría, debieron desarrollar luchas para conseguir los mismos derechos civiles que la mayoría blanca.La comunidad debió padecer la persecución de grupos sudistas, quienes se organizaron en asociaciones secretas y severísimas como el Ku Klux Klan, que se hizo célebre por sus fogatas, cruces ardientes y encapuchados.En el sur de Estados Unidos la segregación fue una forma de vida aceptada. A principios de la década del '60, los negros se rebelaron contra su situación. En este contexto apareció Martin Luther King, un pastor bautista que lideró el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos.
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