Paralelismo entre Argentina y Grecia
Todos los observadores internacionales comparan el colapso griego (corralito incluido) con el conflicto de la convertibilidad argentina, en 2001. ¿Pero dónde acaba el parecido?El país de la Eurozona vino gastando más allá de sus posibilidades y cubriendo el faltante con endeudamiento externo. Argentina también cayó en este expediente fácil de vivir de prestado.Llegó un momento en que Grecia debió enfrentar la realidad de su deuda con los acreedores. Desde 2000, entonces, empezó a aplicar un plan de austeridad que hundió aún más su economía.En estas pampas, también se debieron soportar varios años de dificultades y de austeridad, hasta que la economía entró en depresión, lo que en realidad agravó el objetivo de ahorro fiscal para cubrir pasivos externos.Los síntomas de la crisis confirman la analogía entre los dos países: alto desempleo, insolvencia fiscal, malestar social, inestabilidad política, imposibilidad de enfrentar los pagos externos, fuga de capitales y corralito (congelación de depósitos).Pero muchos analistas consideran que la principal semejanza reside en el aspecto monetario. El euro (la moneda común de la Unión Europea) es a Grecia, lo que la convertibilidad fue a nuestro país.Argentina fijó el tipo de cambio al dólar a principio de los '90 para frenar una hiperinflación. Logró ese cometido hasta que se enamoró del instrumento.Siguió con el 1 a 1, convalidando una sobrevaluación del peso (dólar barato) que arruinó su aparato productivo, ya que se vio imposibilitado de exportar, al tiempo que su mercado interno fue invadido por productos importados.El euro es el 1 a 1 europeo para Grecia, que dentro del conjunto del Viejo Continente está dentro de las "economías periféricas", de baja productividad y escaso desarrollo tecnológico.La apuesta europea por el euro fue crear una moneda sin Estado (una suerte de dolarización interna), pero sin considerar las asimetrías y diferencias de los países.La hegemonía del euro impide que Grecia, que abdicó de su moneda doméstica para entrar a la UE, pueda utilizar la devaluación como salida de la recesión, como hizo la Argentina al romper con la convertibilidad.Y aquí vendría la principal diferencia entre ambos países. Abandonar el euro sería equivalente a abandonar la eurozona. Pero el primer ministro griego, Alexis Tsipras, acaba de decir que abandonar a Europa tendría un costo enorme para su país.Argentina, en cambio, no tuvo ese problema cuando optó por salir de la convertibilidad en 2002. Y esto porque al cambio fijo se lo auto-impuso como regla para contender la hiperinflación.Pero además, Argentina pudo salir de la recesión tras una megadevaluación de su moneda gracias a la capacidad productiva de su sector más eficiente, el campo, algo que Grecia no posee.Como acaba de reconocer el especialista en finanzas internacionales de la Universidad Americana en Washington, Arturo Porzecanski, para quien Argentina se recuperó económicamente en virtud del aumento de sus exportaciones de productos básicos (soja, sobre todo), impulsado por la demanda de China.El especialista dice que la situación de Grecia es diferente, ya que es muy dependiente de las importaciones, y sus únicas exportaciones "de cosecha propia" son el pescado fresco y el algodón.La fortaleza de Argentina, en suma, reside en sus extraordinarios recursos naturales, que hacen que pueda sortear las crisis coyunturales.
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