Patria federal, realidad unitaria
A 201 años de la causa federal, es oportuno recordar los principios y las acciones que le dieron origen y fortaleza. Tanto se habla en la actualidad de Artigas y el federalismo, mientras se opera en sentido contrario, que bien vale esta breve evocación. Mario Alarcón Muñiz A las puertas de Paraná se libró la primera batalla por la causa federal en nuestro país, el 22 de febrero de 1814 y se izó por primera vez la bandera federal. La acción guerrera se produjo en las costas del arroyo del Espinillo o Espinillo, 23 kilómetros al este de la capital provincial. En ese lugar, sobre la ruta 18, al cumplirse en 2011 el 197° aniversario del combate, el centro de estudios Junta Abya yala por los Pueblos Libres emplazó un monolito recordatorio y plantó árboles nativos. Hoy se evocará el episodio en ese lugar.Todo aquello se originó en la política del Directorio con sede en Buenos Aires, a cargo de Gervasio Antonio de Posadas, primer director supremo de las Provincias Unidas desde el 1° de febrero de 1814. Las ideas del oriental José Gervasio Artigas inquietaban a los dirigentes porteños. El 11 de febrero Posadas declaró a Artigas "infame, privado de todo empleo, fuera de la ley y enemigo de la patria", además de ponerle precio a la cabeza del caudillo: 6.000 pesos "a quien lo entregue vivo o muerto".Desde un año antes, a partir del 31 de enero de 1813, deliberaba en Buenos Aires la Asamblea General Constituyente. Los seis diputados de la Banda Oriental llegaron en abril a ese congreso portando las Instrucciones de Artigas. Consistían en exigir la declaración de la independencia; establecer un gobierno republicano y federal; institucionalizar el Estado sobre la base de tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) independientes entre sí; reconocer la autonomía de las provincias para organizarse, determinar sus políticas de manera soberana y elegir sus propias autoridades; asegurar la libertad civil y religiosa y radicar el gobierno central fuera de Buenos Aires, todo esto expresado en síntesis, pues las Instrucciones eran más extensas.Aduciendo cuestiones formales relacionadas con la elección de los diputados, que debía realizarse por cabildos y no por un congreso provincial (en este caso el de Tres Cruces), la asamblea desestimó la representación oriental. Los sucesos posteriores dejaron en evidencia que el rechazo obedeció al carácter federal y francamente revolucionario de las Instrucciones de Artigas. El Espinillo A todo esto el caudillo acrecentaba su influencia en el Litoral, desvelando a las nuevas autoridades porteñas. Días antes de la ya citada resolución del 11 de febrero de 1814, el director Posadas confió al barón Federico de Holmberg -militar alemán, aunque nativo de Austria, al servicio de Buenos Aires- la misión de invadir Entre Ríos desde Santa Fe.Holmberg ocupó Paraná el 10 de febrero y avanzó hacia Concepción del Uruguay, pero la hostilidad de los entrerrianos le obligó a detenerse cerca de Rosario del Tala, en las costas del arroyo Obispo, emprendiendo el regreso a Paraná.Por su parte Artigas había dispuesto que Fernando Otorgués, uno de sus más estrechos colaboradores, operara en Entre Ríos. Otorgués cruzó el río desde Paysandú y ocupó Concepción del Uruguay, el 13 de febrero. El comandante a cargo de la provincia, Hilarión de la Quintana, que respondía al gobierno porteño, alcanzó a huir con una guardia de 50 hombres. Fue perseguido por Otorgués hasta cerca de Gualeguaychú, donde el fugitivo logró embarcarse rumbo a Buenos Aires.Mientras tanto, el comandante de Nogoyá, Eusebio Hereñú, a quien Artigas le había encargado la misión de rechazar la invasión porteña, ocupó Paraná el 20 de febrero, depuso al alcalde Andrés Pazos, disolvió el primer (y único) cabildo de la villa, proclamó su adhesión a la causa federal y declaró la autonomía del territorio entrerriano, hasta entonces dependiente de las autoridades de Santa Fe.El retroceso de Holmberg fue interceptado por la fuerza entrerriana de Hereñú en el arroyo Espinillo el 22 de febrero. Los conocimientos estratégicos del militar alemán de nada sirvieron frente a los lanceros entrerrianos. La fuerza porteña se dispersó, su jefe cayó prisionero y firmó una capitulación. Muy poco después, quizá ese mismo día, llegó al lugar la división oriental comandada por Andrés Latorre, con quien Holmberg firmó una segunda capitulación, según el historiador Urquiza Almandoz. La Federación EntrerrianaDueño de la situación y tras informar a Artigas de lo ocurrido, Hereñú proclamó la Federación Entrerriana y adoptó para Entre Ríos la bandera federal que izó por primera vez en Paraná luego de la batalla. Además se hizo cargo de la autoridad local, desplazando al alcalde Andrés Pazos y al cabildo, por lo que este cuerpo sólo estuvo vigente algo menos de cinco meses. Y nunca más, porque jamás se lo rehabilitó.Holmberg permaneció prisionero poco tiempo. Artigas ordenó su liberación, junto a la del santafesino Estanislao López, por entonces capitán de la fuerza invasora. Ambos, además de otros oficiales, se encontraban detenidos en Nogoyá. Supone Urquiza Almandoz que la liberación de los prisioneros pudo haber sido gestionada por el hacendado Francisco Antonio Candioti, declarado artiguista que al año siguiente se convertiría en el primer gobernador de Santa Fe.Aquella victoria del Espinillo fortaleció a Hereñú. El comandante militar instaló su despacho en una casa que arrendó a una cuadra al norte de la actual plaza 1° de Mayo de Paraná.Ese fue el principio. Al año siguiente, 1815, se reunió en Concepción del Uruguay el Congreso de Oriente. El próximo 29 de junio se cumplirán 200 años. Habrá actos y discursos, pero la patria federal seguirá oculta detrás de una realidad unitaria: poder central dominante, recursos nacionales, provincias obedientes. Lo que Artigas detestaba.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios