Por un turismo que sea más inclusivo
Es alentador saber que Gualeguaychú se ha sumado a un programa de accesibilidad en los servicios turísticos, en procura de una ciudad acogedora para los visitantes con discapacidades o movilidad reducida.Dicha iniciativa, alentada por el Ministerio de Turismo de la Nación y la Secretaría de Turismo de la Provincia, está orientada a empresarios locales del área, quienes a través de talleres se capacitarán para adecuar su oferta a personas con dificultades motrices.Según se informa, Gualeguaychú es uno de los dos destinos elegidos en Entre Ríos para la aplicación del programa, junto a Villa Elisa.La secretaria de Turismo local, Analía Romani, manifestó que mediante estos talleres se busca que los empresarios turísticos ofrezcan "algo más" en sus servicios, y así además "recibir a otro segmento del mercado".Acotó que "es necesario que los que participemos seamos responsables de generar un efecto multiplicador para que otros prestadores nos acompañen en esta nueva etapa".Cabe acotar que la ciudad viene haciendo ya algunos experimentos orientados a incluir a turistas con capacidades diferentes. Por ejemplo, en algunos restaurantes de la Capital del Carnaval ya existe el menú en braile para los no videntes.La carta especial cuenta con todos los platos de un menú común, sólo que sin especificaciones y sin precios. Allí el no vidente tiene la oportunidad de saber qué puede elegir y luego consultar al mozo sobre las variedades y precios.Se trata de ahorrarle a esa persona, cada vez que quiere ir a comer afuera, la incomodidad de tener que recurrir a alguien para que le diga cuáles son los platos que se ofrecen.Esa incomodidad, en realidad, es un sufrimiento adicional para los no videntes.Idéntico sufrimiento experimentan también aquellos celíacos que no encuentran platos aptos para ellos en los establecimientos gastronómicos. Esto directamente los excluye de salir a comer afuera.¿Pero es que los celíacos no tienen derecho a asistir a los restaurantes? ¿No pueden pedir un menú que se adapte a sus necesidades?Extendamos la problemática de otras personas con discapacidad -como la imposibilidad de comunicarse con conserjes y recepcionistas de hoteles, porque éstos no dominan, por ejemplo, el lenguaje de señas- y se verá entonces todo el camino que debe recorrer el turismo para ser más inclusivo.En una sociedad de derechos -como aspira a ser la argentina- es clave que la igualdad de oportunidades y la inclusión social se extienda a todas las personas. Y ello incluye a las que tienen capacidades diferentes.Es decir, las barreras físicas, sociales y culturales que excluyen a este universo de personas, deben ser levantadas no como un gesto de benevolencia. Sino como una forma de poner en práctica derechos reales.Por eso es muy importante generar una conciencia de responsabilidad social en torno a este tema en el área turística. Lo ideal sería que todos los agentes turísticos se sumen a la idea.Nadie debe quedar afuera de este nuevo concepto cuyo propósito es colocar al turismo, como sector, en la avanzada del respeto por los derechos de las personas con capacidades diferentes.Por otro lado, la ciudad y la provincia tienen un presente y un futuro extraordinario en la llamada industria sin chimeneas. Que incorpore la temática de la discapacidad -sobre la base de la inclusión- le aportará un valor agregado trascendente.Conciliar el negocio turístico -su rentabilidad- con el respeto de los derechos a los diferentes, es un paso adelante en orden a instalar la responsabilidad social en la economía.
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