Proyecto que Belgrano hubiera respaldado
La decisión de la Sociedad Rural Gualeguaychú (SRG) de instalar una Tecnicatura en Producción Agropecuaria, hubiera sido saludada con fervor por el creador de la bandera nacional.Como se sabe, la entidad rural, en un giro institucional histórico, ha hecho un convenio con la Universidad de Belgrano, para que el año próximo se imparta esa carrera en su predio de Urquiza al oeste.Es una oferta dirigida a jóvenes en general, pero especialmente para los egresados de escuelas rurales secundarias de la zona. Tangencialmente, el emprendimiento es un aporte para preservar el tejido social del campo.En efecto, la iniciativa está pensada para los hijos de los productores de Gualeguaychú y de departamentos vecinos, en el marco de una política que le salga al cruce al desarraigo y el proceso de despoblamiento rural.El emprendimiento hubiera sido respaldado, sin dudas, por Manual Belgrano, quien como parte de su orientación fisiocrática, consideraba que la agricultura era un pilar fundamental del progreso económico.Fue él quien entre los hombres de Mayo planteó un programa básico para el agro, creando una verdadera doctrina revolucionaria, originada en los principios europeos.Seguramente el héroe de Mayo tuvo entre sus lecturas los escritos de Francois Quesnay (1694-1774), fundador de la escuela fisiocrática, cuyo lema era "campesinos pobres, reino pobre; reino pobre, rey pobre".Por cierto que también fue lector de Adam Smith, el mítico representante del librecambismo. Pero de todas estas teorías económicas en danza, Belgrano sacó lo mejor pensando en el país, cuyas vastas tierras eran aún inexplotadas.Su fisiocratismo de fondo no le impidió ver, por cierto, la importancia del comercio y la manufactura, como actividades creadoras de empleo. Y su librecambismo, no le supuso un obstáculo intelectual para preconizar un proteccionismo moderado.De hecho, sostuvo que el Estado tenía que contribuir para el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles extendiendo y mejorando la educación pública y el entrenamiento sobre todo de los agricultores.Pero sobre todo enfatizó el papel que juegan la educación y la capacitación técnica. "Una de las causas a que atribuyo el poco producto de la tierra y, por consiguiente, el ningún adelantamiento del labrador, es porque no se mira la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio", señaló sabiamente.Belgrano advertía que toda la riqueza potencial del país estaba en la explotación científica de la tierra, y en las medidas complementarias, como ser los puentes, los caminos y la infraestructura rural.En esta estrategia propugnó las escuelas técnicas, en las que se enseñe a los hijos de los agricultores los secretos de la tierra, con escuelas de investigación agropecuaria complementarias.Esta concepción empalmaba con otra de sus preocupaciones: combatir la haraganería. Belgrano tenía bien en claro la relación entre educación, trabajo y situación social. (Hubiera condenado el asistencialismo estatal, instalado como lacra en el país).Enfáticamente se preguntaba: "¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?".También decía: "(...) el mejor medio de socorrer la mendicidad y la miseria, es prevenirla y atenderla en su origen y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios para que el mendigo busque su subsistencia".
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