¿Qué te pasa Techint?
El distanciamiento en principio desconcierta. Porque el sector manufacturero fue uno de los principales aliados del gobierno en los últimos seis años.
Protegidos de la competencia externa por el dólar alto, los empresarios fabriles nucleados en la Unión Industrial Argentina (UIA), fueron uno de los pilares de la gobernabilidad kirchnerista.
El sector dio muestras de lealtad al poder político en momentos delicados. Por ejemplo, ni siquiera se solidarizó con los empresarios del campo, cuando éstos sufrieron el hostigamiento oficial.
Sin embargo, algo se ha quebrado en esta alianza, a juzgar por los últimos acontecimientos. La crítica de los K al grupo Techint es el símbolo de la ruptura.
El telón de fondo lo configura la reciente estatización por parte de Hugo Chávez de tres empresas del grupo. La casi nula reacción del gobierno argentino ante esta medida, dividió las aguas.
El episodio dejó flotando la idea de que el gobierno K privilegia su alianza con el régimen chavista –que postula el Socialismo del siglo XXI- antes que con el sector industrial doméstico.
En esta colisión de intereses, la UIA salió a patalear públicamente. Hizo cosas que seguramente habrán enojado al gobierno: insinuó que éste no defiende los intereses de empresas argentina en el exterior, pidió públicamente bloquear el ingreso de Venezuela al Mercosur, y se juntó con la oposición.
Los Kirchner no tardaron en responder. La presidenta atacó al grupo Techint por no depositar en la Argentina el primer tramo de 400 millones de dólares que recibió de Venezuela por la estatización de Sidor, el año pasado.
En tanto, el ex presidente y candidato a diputado bonaerense Néstor Kirchner acusó a Techint de repartir dividendos entre sus socios por 6 millones de dólares en vez de pagar una deuda a sus empleados. Además, sostuvo que se necesitan “industriales que quieran a la Patria” y que se comprometan con el “modelo”.
Por ahora, el gobierno no ha salido a decir que la industria tiene ánimo “destituyente”, aunque la tensión entre las partes es manifiesta. Muchos empresarios tienen miedo que después del 28 de junio, el gobierno haga un giro radical al “chavismo”.
La nacionalización de las AFJP, las designaciones de directores y síndicos estatales en las empresas antes participadas por esas firmas y ahora por el Estado, y el reciente hostigamiento a Techint, serían señales en este sentido.
¿Es posible que asistamos a otra pelea como la que el gobierno tuvo con el campo? ¿Se avecina un enfrentamiento de proporciones con los industriales, en medio de un proceso de estatizaciones masivas, como enseña el catecismo del Socialismo del siglo XXI?
Algo es evidente: la Argentina está para cualquier cosa. ¿Pasó por alguna cabeza sensata, acaso, la guerra gaucha? Antes de la Resolución 125, ¿alguien hubiera imaginado semejante conflicto?
Los giros más descabellados son posibles. ¿Qué te pasa Techint?, parecen decir hoy, amenazantes, los Kirchner, en un giro característico. Y de esta manera rompen lanzas con la compañía que era, años atrás, la mimada del gobierno.
En 2003, “sus inversiones son una decisión que los argentinos valoramos”, había elogiado Néstor en alusión al principal grupo de capital argentino. Y tres años más tarde eligió a su dueño, Paolo Rocca, como acompañante predilecto en su viaje a Estados Unidos.
“Techint es un orgullo para los argentinos. Es la primera multinacional argentina”, había dicho en 2008 la actual presidenta.
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