Recordar a los veteranos y caídos de la guerra austral
Por encima de la controversia política que suscita la guerra de 1982 -como que un gobierno de facto apelase al nacionalismo bélico para sobrevivir- importa tener en cuenta que hubo compatriotas que hicieron un gesto de entrega por un bien colectivo.El conflicto austral duró 74 días y costó la vida de 654 argentinos. Las bajas se produjeron durante el hundimiento del crucero General Belgrano y en el archipiélago. Según algunos cálculos, los veteranos de Malvinas (muchos de ellos con heridas de combate) totalizarían 25.000 personas.La derrota militar, acaecida 30 años atrás, trajo aparejada la insensibilidad de una sociedad que, de la euforia patriótica, pasó a una actitud de mirar para otro lado, como si nada hubiese ocurrido.Los ex combatientes, que creyeron haber servido a su patria arriesgando su vida en las gélidas latitudes australes, han sufrido en carne propia este desvío ingrato.Han sido ignorados o considerados un infortunio, un mal recuerdo a tapar; los hijos no deseados o nunca queridos de la familia. ¿No es este desprecio aún más lacerante que la metralla y las bombas?El olvido de sus compatriotas ha significado para ellos una posguerra aún más dramática. Un dato elocuente lo confirma: la cantidad de suicidios de ex combatientes que no pudieron superar el trauma psíquico del evento, ya es superior al número de los que cayeron en las islas.Los centros de ex combatientes aseguran que muchas muertes voluntarias han sido registradas como accidentes, porque no fueron acompañadas por una nota de suicidio.En el inicio de la posguerra, el drama de los suicidios se cobró unas 50 víctimas por año. Con el tiempo estas muertes auto-infligidas se fueron espaciando, pero nunca desaparecieron.Un estudio realizado en 1995, reveló que el 58% de los ex combatientes argentinos experimentaron episodios de depresión relacionados con el conflicto y el 28% tuvo ideas de suicidio.La película "Iluminados por el fuego", que fue premiada en España, coloca este drama en el centro de la escena. El film se basa en el libro escrito por Edgardo Esteban, un ex combatiente que cuenta sus experiencias."Yo sentía que el drama de lo que vivimos permanecía dentro de nosotros -refiere Esteban-. No hubo políticas de contención psicológica por parte del Estado. A mí me pasó que no podía dormir en un colchón y me tenía que acostar en el piso. O me tiraba cuerpo a tierra cada vez que escuchaba un avión. Al escribir este libro me pareció que incluso por mis propios fantasmas había que trabajar sobre el grave problemas de los suicidios".Muchos de los que llegaron derrotados del escenario bélico, debieron lidiar con una situación laboral precaria. La mayoría de los soldados que combatieron en las islas provenían de los sectores socioeconómicos medios y medios bajos. Además de los problemas que tenían como veteranos, enfrentaron los de cualquier argentino en las sucesivas crisis que atravesó el país.Hace poco un ex combatiente de Malvinas, Esteban Juan Tries, quien fue parte de uno de los batallones que pelearon en 1982, se negó a sumarse a "ShowMatch".Marcelo Tinelli, que procura darle menos escándalos y más contenido social al programa más visto de la televisión argentina, "Bailando por un sueño", imaginó una pareja de baile integrada por un ex combatiente de Malvinas y una kelper.Ante un sondeo de Ideas del Sur -productora del programa- la repuesta de Tries fue tajante. "Me parece que Malvinas es intocable. Es una causa que no puede ser un show. Tal vez pueda ayudar a comunicar qué es Malvinas. Pero yo no me presto a un circo", aseguró.
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