¿Retorno al viejo vicio partidocrático?
La democratización de la representación política, que impulsó Néstor Kirchner al institucionalizar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), contradictoriamente no regiría para el espacio del oficialismo provincial. Sería así si se confirma la especie según la cual el Frente para la Victoria (FpV) en Entre Ríos, que hegemoniza el poder en la provincia, optase porque no se realice una competencia electoral interna.La información es que, tras cumbres oficialistas en Concordia y Paraná, se habría decidido que el FpV iría unido y alineado tras una lista única para afrontar las elecciones a gobernador, programadas para el 25 de octubre próximo.Eso significaría que no habría un proceso interno de selección de candidatos, y que los adherentes al oficialismo provincial, muchos de los cuales vienen expresando simpatía por distintos líderes territoriales, deberían conformarse con la fórmula que impone la conducción partidaria.En la trastienda política se menciona que el "dedo" del gobernador Sergio Urribarri habría "ungido" al concordiense Gustavo Bordet, como figura conveniente para encabezar la fórmula.La decisión estaría inspirada en la idea de no llegar "divididos" (con más de un candidato) a las PASO del 9 de agosto, al tiempo que el actual intendente de Concordia (considerada la "capital del peronismo entrerriano") garantizaría una victoria al oficialismo provincial en octubre próximo.Lo llamativo es que esta determinación, de confirmarse, iría en contra de una de las mayores novedades institucionales aportadas por el kirchnerismo al sistema electoral argentino: las PASO.Impulsadas por Néstor Kirchner, en diciembre de 2009 fueron creadas las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), tras la aprobación de la Ley Electoral N°25.571.La llamada "Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral", fue pensada para quebrar la "partidocracia", o gobierno de los aparatos partidarios, con su capacidad para imponer a dedo a sus candidatos.Las PASO son vistas, en efecto, como una transferencia de poder de esos aparatos hacia los ciudadanos, quienes pueden elegir entre una variada oferta de postulantes dentro de un mismo espacio político.La nueva ley electoral vino a institucionalizar las llamadas "internas partidarias", un proceso de selección de candidatos que quedaba librado al arbitrio de los afiliados a las agrupaciones políticas.Aunque es importante aclarar que esas "internas" se dejaron de hacer porque los aparatos partidarios, controlados por una minoría, terminaron concentrando la voluntad de los afiliados o simpatizantes.Con la aparición de las PASO no sólo se institucionalizó el proceso de internas partidarias. Lo más importante es que se horizontalizaron las decisiones, para que pudieran surgir candidatos verdaderamente representativos, queridos por los votantes.Desde la oposición política, incluso, consideran que este dispositivo electoral es uno de los legados más relevantes del kirchnerismo a la democracia argentina, ya que termina con las oligarquías partidarias, aportándole calidad institucional a la política.Sería un contrasentido que el oficialismo provincial, que se muestra fervorosamente adicto a las banderas progresistas de Néstor Kirchner, arriara una de ellas, las PASO, restaurando así el proyecto conservador de la partidocracia.
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