Retorno inquietante de la geopolítica del muro
La decisión del gobierno norteamericano de extender el muro fronterizo con México, para frenar el ingreso de inmigrantes ilegales, retrotrae la política mundial a una época de separación de los pueblos.La caída del Muro de Berlín en 1989 implicó el fin de la Guerra Fría, es decir del enfrentamiento a gran escala de dos potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, alrededor de la cual se dividió ideológicamente la humanidad.Un muro de 45 km. dividía la ciudad de Berlín en dos, Occidental y Oriental, aunque en verdad se trató de una frontera que separó al mundo capitalista y al mundo comunista, los dos sistemas en pugna en el siglo XX.Los más optimistas creyeron, 27 años atrás, que entraríamos a una era en la que se derrumbarían todos los muros existentes, y en la que nadie se atrevería a levantar nuevos.Sin embargo, esa hipótesis no se ha verificado. Todavía hay muros que dividen a pueblos, países y familias, pero lo más trascendente es que el país que ayudó a derribar el Muro de Berlín se apreste a reforzar uno para profundizar la separación con su vecino sureño.En efecto, como prometió en su campaña electoral, el presidente republicano Donald Trump acaba de firmar un decreto ordenando la "construcción inmediata de un muro físico".La frontera entre México y Estados Unidos es de 3.200 km., y decenas de miles de latinos mueren intentando cruzarla. La idea de poner un filtro para detener a inmigrantes latinos ilegales viene de lejos.Fue durante el gobierno del demócrata Bill Clinton que, en 1993, se construyó un muro físico en un tercio de la frontera (1.100 km) que comienza en la playa de Tijuana y corre hacia el Este, atravesando ciudades y montes.En otro tercio, hay un "muro virtual" armado con cámaras de vigilancia, sensores térmicos y 20.000 agentes fronterizos. En el resto, el muro es "natural", ya que abarca los desiertos de Sonora y Chihuahua, donde hay temperaturas extremas.En México la decisión de Trump, que además ha dicho que serán los mexicanos quienes financiarán el muro, se vive como una afrenta humillante a un país vecino en pleno siglo XXI."No se trata sólo de la construcción de un muro sino toda una estrategia de humillación" dice el profesor José Manuel Valenzuela, Secretario Académico del Colegio de La Frontera Norte, en diálogo con 'El País' (España)."Hay una estrategia para dañar la vida en la frontera, restringir los flujos migratorios, acabar con las ciudades santuario donde los migrantes encuentran cierta protección y es, además, un grave ataque a la vida ecológica y a los parques naturales que atraviesan la frontera", sostiene.Y añade: "Los grupos supremacistas que atacan y matan a los migrantes se ven ahora más legitimados. Se comprobó que con la construcción del primer muro en 1994 la emigración no disminuyó, pero sí lo hicieron los muertos".Cabe consignar que existen 11 muros en otras partes del globo. Por ejemplo el que separa Ceuta y Melilla, sobre el Estrecho de Gibraltar, y que es la entrada directa de África a Europa.Está el construido por Israel en Cisjordania, que es foco de tensión permanente con el pueblo palestino. En tanto persisten los "muros de paz" en Belfast (Irlanda del Norte), levantados para evitar la violencia entre católicos y protestantes.Otro ejemplo es la franja de territorio no habitado que actúa como barrera entre los habitantes de las dos Coreas (la comunista y la pro-occidental). Y en el caso de Chipre una alambrada de 180 km. separa en dos a la isla y a Nicosia, su capital.
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