TAREAS DE LABOREO
Se realizó la XXIII Fiesta de Nacional de la Trilla Tradicional en Santa Anita
En un predio pegado al balneario de la localidad se desarrolló una nueva edición de un evento único en la provincia y en el país. Se llevó a cabo el último fin de semana con tres días de eventos musicales coronándose con demostraciones de siembra y la trilla con máquinas muy antiguas que funcionan pese a que superan largamente los 80 años. La actividad en un predio de dos hectáreas comenzó a las 9.30 y terminó a las 12.30. En el medio de la siembra y la trilla hubo tiempo para un improvisado baile con música alemana.
Por Fabián Miró
La Fiesta Nacional de la Trilla Tradicional reunión como cada año a miles de visitantes que desde diversos puntos del país se dan cita para ver un espectáculo único. La puesta en marcha de “fierros” antiguos y su funcionamiento recreando labores propias de los comienzos de la agricultura, es un atractivo único que recuerda con máquinas en marcha como fueron los comienzos en la agricultura argentina.
Lo que hoy es la localidad de Santa Sanita fue en su momento una colonia poblada en su mayoría por inmigrantes conocidos como Alemanes del Volga y por sus descendientes. Gente que se bajó del barco con lo puesto y que en base a mucho esfuerzo, a un trabajo duro sacrificado comenzaron a labrar la tierra. Desde hace más de dos décadas sus nietos y tataranietos los homenajean poniendo en marcha, tractores, sembradores, arados, discos, rastras, trilladoras, carros rusos como hace más de cien años.
Tractores, con ruedas metálicas, y trilladoras de distintos portes, fueron protagonistas de un fin de semana en donde el sol pegó fuerte como en cada cosecha de trigo en la zona. Con ropa de trabajo, bombacha, camisa manga larga, pañuelo y sombrero, poco antes de que comience la actividad los operarios de la maquinaria se preparaban para que todo esté a punto. Temprano, mate en mano, la gente recorrió el parque de maquinarias mirando los más jóvenes con asombro fierros centenarios; mientras que los más entrados en años recordaban haberse subido en algún momento a la maquinaria o ver a sus mayores en acción trabajando la tierra en condiciones climáticas en ocasiones que distaban de ser las ideales. Salvo algún toldito donde iban los gringos que cosían las bolsas. Luego de darle manija a los tractores para que arranquen la fiesta de la Nacional de la Trilla Tradicional se puso en marcha con tareas de laboreo en un lote dispuesto para tal fin. Se aró con herramientas de una o más rejas, pasó el disco, la rastra y finalmente se sembró. Uno de los integrantes de la muestra se bajó del tractor para sembrar al voleo como se hiciera en los primeros tiempos. Terminada la siembra hubo un pequeño lapso para con los acordes de música de los inmigrantes que llegaron del Volga, escuchar un poco de música alemana y se bailara entre el lote de laboreo y el de trilla. Luego fue tiempo de la cosecha con una Massey Harris (La Centenaria) al frente y una serie de máquinas. Detrás de la misma un “carro ruso” con dos trabajadores juntando la gavilla con horquillas. Una puesta en escena, una representación digna del camino y el legado que nos dejaron nuestros mayores.
Juan Amavet, Presidente Municipal de Santa Anita señaló que “no solo es la fiesta nacional de la trilla, también es la de un pueblo en donde trabajan todas las instituciones. Es un homenaje a los colonos que fundaron Santa Anita que en sus inicios fue una Colonia de “Alemanes del Volga”. Acotó que esta “es una fiesta que tiene identidad, que sintetiza la idiosincrasia, la cultura de nuestro pueblo, siendo nuestro deber que algo tan hermoso como esto no se pierda. El desafió que tenemos como comunidad, más allá de la Comisión Organizadora, el Municipio, las instituciones que trabajan, es mantener la identidad, la cultura, pero que a su vez se vaya modernizando, brindándole mayores atractivos a la gente que nos visita de distintos puntos de la provincia y del país. Que vean a una máquina antigua funcionar y que en los 3 días de la fiesta pueda disfrutar de otros atractivos y poco a poco el objetivo se va logrando. Estamos en la edición 23, y esta, por la del 2022 es la segunda que se realiza en el predio del Balneario Municipal con la particularidad de que la trilla se realiza en 2 hectáreas que cedió un vecino”. Destacó el apoyo de la provincia que “nos brindó un subsidio para solventar los gastos de la carpa con capacidad para 2000 personas que contratamos en Gualeguaychú, además de un aporte de Nación a través del Secretario de Agricultura Juan José Bahillo”.
Por su parte, Humberto Honeker, integrante de la comisión organizadora que participó activamente en las demostraciones de siembra y trilla habló- en principio- sobre la Cosechadora Massey Harris 7. Dijo que se “trata de una máquina con motor Continental que el año que viene llegará a sus cien años de vida y de allí su nombre de Centenaria. Fue la primer máquina que entró en Santa Anita comprada por un descendiente de Alemanes del Volga. Después pasó a la familia Kloster y sus sucesivas generaciones quedando finalmente en manos de Ricardo Kloster, uno de los últimos colonos que trilló en la zona con estas máquinas y si hab{ia . Después arribaron las número 9, 14 y así sucesivamente, como también maquinaria de otras marcas”
Sobre la fiesta recordó que “comenzó con algo muy chico, luego pasó a ser provincial y desde hace un tiempo nacional”. Remarcó que es “un justo homenaje y reconocimiento a nuestros padres y abuelos que trabajaron y renegaron con los primeros fierros”
Volviendo a la trilla de trigo que “efectuaron nuestros mayores, daba inicio a las 10 de la mañana aproximadamente, cuando daba la humedad, atando los caballos, generalmente se utilizaban dos mudas, y cuando el trabajo les daba un poco tiempo tomaban mate cocido, jamón, chorizo, queso, crema y pan casero que se elaboraban en las chacras”.
Contó que las “bolsas de trigo se guardaban en un galpón y en ocasiones afuera con las orejas, de la bolsa, hacia arriba y si había mucha humedad, se colocaba paja del trigo debajo de las estiba de las bolsas. También se hacía el secado del trigo y el lino, colocando lonas grandes en el patio”. Consultado sobre cuántas hectáreas de trigo se levantaban con la máquina respondió que todo “dependía de la trilladora que tenía una parte eléctrica que era todo con magneto que era todo un problema, porque cuando se calentaba no arrancaba. Había que darle manija y esto normalmente pasaba cuando se paraba para el mate cocido”, concluyó.