Ser precavidos ante la exposición al sol
Los expertos llaman la atención sobre la agresividad de los rayos ultravioleta, para evitar las quemaduras solares y el cáncer de piel.No se trata de dispararle al sol, porque el cuerpo se adapta a los cambios de estación, y en este caso es lógico que la piel se acomode a la mayor incidencia de la luz solar. Lo que se aconseja, más bien, es tomar sol con moderación.Y esto cuando se realizan, por ejemplo, actividades al aire libre, como andar en bicicleta, jugar al fútbol en la cancha del barrio, asistir a los juegos de la plaza, o simplemente caminar.El afán por tostarse la piel en el verano, con intenciones estéticas, es lo más común pero también lo más inquietante. Esta insistencia por el bronceado, de hecho, puede derivar en una enfermedad.Tanorexia, así se llama la patología, y el término deriva de la palabra inglesa tanned, que quiere decir moreno o bronceado. Según trascendió, los dermatólogos están viendo cada vez más pacientes tanoréxicos.A lo largo de la historia, tener la piel bronceada ha sido un signo que ha marcado las clases sociales. La tez blanca era característica de los aristócratas y los ricos, que no tenían que estar expuestos a los trabajos al rayo del sol que realizaban los hombres de menores recursos.Pero en la década del '20, la diseñadora de modas Coco Chanel volvió de sus vacaciones en la Riviera francesa con un dorado color en la piel que terminó por imponer en las modelos de sus desfiles.Así inició una moda que aún permanece. Desde allí hasta ahora, la piel bronceada se ha convertido en un símbolo de belleza y status social y, lo que es más increíble, de estado saludable.La segunda ola de popularidad del bronceado llegó a Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, en parte porque muchos soldados regresaron de combatir en lugares con climas cálidos, adquiriendo un bronceado que la gente asoció con la lucha por la democracia.Otro de los motivos fue el hecho de que los estadounidenses nunca habían tenido en cuenta la posibilidad de vacacionar en climas cálidos y exóticos antes de la guerra. De esta manera, la piel dorada por el sol daba la idea de que las personas tenían dinero y viajaban mucho, incluso cuando no ocurría ninguna de las dos cosas.Lo cierto es que el bronceado sigue determinando status social alto a la vez que se considera estéticamente agradable que una persona tenga tostada su piel, sobre todo en eventos sociales.Como sea, la moda no resuelve los efectos nocivos de las largas exposiciones al sol, más allá de que hay biologías que toleran más que otras los rayos ultravioletas.En orden a tomar cuidados simples y de probada efectividad para proteger la salud de la piel, no sólo hay que tener en cuenta a qué hora el sol se pone más intratable.Los médicos recomiendan la utilización de protectores solares probados. Es necesario contar con cremas o filtros solares de laboratorios reconocidos, aunque lo ideal es consultar en este caso a un dermatólogo.Los expertos aclaran, además, que las nubes permiten el paso de la radiación UV, mientras que la arena, el agua y la nieve reflejan los rayos y potencian su acción.Por otro lado, recomiendan controlar las manchas o lesiones sospechosas en el cuerpo y hacer la consulta médica pertinente. Esto permite realizar un diagnóstico a tiempo.La consecuencia más grave de la exposición es la aparición de tumores cutáneos, o el melanoma, que aparece como si fuera un lunar que cambia de forma, tamaño y color.
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