Sobral, una figura que despierta admiración
Acaba de recordarse el natalicio del Alférez de Navío José María Sobral. La biografía de este gualeguaychuense, que fue el primer argentino que invernó en la Antártida, es sorprendente.José Maria nació en Gualeguaychú el 14 de abril de 1880. Era el mayor de ocho hermanos de la familia encabezada por el escribano Enrique Sobral y María Luisa Iturrioz.Sus antepasados se remontan a los primeros pobladores de la villa. Al bautismo de Josefa Chávez en 1767, es decir 17 años antes de la llegada de Tomás de Rocamora.La vida de José María esta cargada de intrepidez y sorprendente vitalidad. Dueño de una curiosidad innata, llegó a lugares geográficos exóticos y a niveles de conocimiento superiores para la época.A los 15 años ingresó a la escuela naval y tres años después egresó como guardia marina. Tuvo, entonces, el privilegio de integrar la tripulación del primer viaje de instrucción que realizó la fragata Sarmiento alrededor del mundo.Luego sirvió en distintos buques de la armada. Pero quizá el acontecimiento que marcaría su vida fue el viaje que, en representación de la marina argentina, emprendió con la expedición sueca Nordenskjöld a la Antártida.Otto Nordenskjöld era profesor de geología de Suecia y jefe de la expedición a los hielos del sur. El extranjero quedó cautivado por la personalidad del joven gualeguaychuense de 21 años, y ello lo decidió a elegirlo entre cinco postulantes."Me pareció tan sencillo, tan simpático, tan entusiasta y tan valiente que, dejando de lado mis vacilaciones, decidí admitirlo definitivamente", afirmó el científico, según el relato de la historiadora Nati Sarrot.Según Sarrot, lo de Sobral es admirable. Comenta que integró una comitiva de tres científicos suecos y dos marinos noruegos. Y en ese equipo no desentonó, al tiempo que hizo "respetar su fuerte personalidad". Para calibrar la importancia de esta expedición, hay que decir que era una aventura con final abierto. Era, literalmente, lo que llamaríamos un viaje al fin del mundo, a un continente desconocido.Fue una verdadera hazaña para la época dada la precariedad de los elementos con que se hizo la expedición. El barco llegó a la Antártida el 9 de enero de 1902.Los seis hombres, en esa inmensidad blanca, levantan, atan y apuntalan una construcción de madera de 6x4 metros, para vivir. Permanecen allí, realizando investigaciones de todo tipo, 20 meses.A raíz de esta aventura científica, el Sobral pionero es fundamento de los intereses argentinos en la Antártida.Cuando vuelve de los hielos continentales, trabaja en la marina hasta 1905, año en que pide la baja del servicio. A partir de allí comienza un período de estudios en el extranjero.José María viaja a Suecia a estudiar geología, obteniendo el título de doctor en la Universidad de Upsala. Fue, así, el primer geólogo argentino con título universitario. En ese país se casó y tuvo 9 hijos.Regresó a la Argentina en 1914 y fue designado director de Hidrología, cargo que desempeñó hasta 1930. Luego el gobierno nacional lo nombró embajador en Noruega.Sobral hablaba 9 idiomas. Escribió artículos relacionados a su conocimiento en Europa y en Suecia fue admirado por la comunidad científica. Algunos biógrafos, además, señalan que la Sociedad Hispánica de Nueva York lo nombró en 1930 el sabio geógrafo más grande del hemisferio sur.Este ilustre gualeguaychuense murió olvidado en Buenos Aires el 14 de abril de 1961. Su casa paterna aquí, en San Martín 633, es patrimonio histórico de la ciudad.Sobral es recordado con orgullo por sus copoblanos, que admiraron siempre su intrepidez.
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