Sobre el valor del libro y la lectura
Es evidente que muchas culturas (las ágrafas) se las han arreglado sin los libros, y acaso en el futuro la humanidad prescindirá de ellos. Pero cabría sospechar que un mundo sin lectores de libros sería más pobre espiritualmente.El libro es el símbolo de una civilización que ha logrado, con él, ensanchar la conciencia humana. Aunque no está claro que eso -el mayor horizonte mental- estuviese relacionado estrechamente con la felicidad humana.Los antiguos filósofos griegos habían creído que nuestras facultades racionales podían dispensarnos una felicidad y una grandeza negada a otras culturas.La cultura ilustrada, montada alrededor de la escritura y el libro, fue una prolongación de este optimismo racionalista.Pero hay una tradición de pensadores para quienes el raciocinio, con su arrogante pretensión universal, más bien ha sido causa de desdicha. Michel de Montaigne (siglo XVI), por caso, creía con Sófocles que "la vida más feliz es la de quien carece de pensamiento", y sospechaba que los animales, por esa causa, eran más felices que nosotros.Como sea, el pensador francés tenía devoción por los libros, y en el tercer piso del castillo familiar en el que vivía, al sur de Francia, contaba con una soberbia biblioteca donde, según confesaba, "paso la mayor parte de los días de mi vida y la mayor parte de las horas del día".Aunque crítico de aquellos que hacían residir la felicidad en la vida intelectual y las letras, Montaigne reconocía que la lectura era el consuelo de su vida: "Consuélame en la vejez y en la soledad. Me libra del peso de una ociosidad tediosa; y me salva en todo momento de las compañías que me resulta enojosas".La lectura, además, "lima los pinchazos del dolor si no es del todo extremo y dueño absoluto de mí. No hay como recurrir a los libros para distraerse de un pensamiento inoportuno; desvíame fácilmente hacia ellos, ocultándomelo".Entre nosotros Jorge Luis Borges, aunque nunca se atrevió a decir que el libro es necesario a todas las sociedades, no concebía su propio mundo sin él. Sus frases elogiosas son conocidas."De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo (....) Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria", escribió el autor del Aleph."Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído", dijo el argentino al confesarse lector empedernido. "Siempre imaginé el paraíso como una especie de biblioteca", sostuvo además.En tanto, al recibir el premio Nobel de Literatura, en 2010, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, dedicó gran parte de su discurso a resaltar su condición de lector."Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida", así arrancó su alocución."Si convocara en este discurso a todos los escritores a los que debo algo o mucho sus sombras nos sumirían en la oscuridad. Son innumerables. Además de revelarme los secretos del oficio de contar, me hicieron explorar los abismos de lo humano, admirar sus hazañas y horrorizarme con sus desvaríos", señalóSegún Vargas Llosa, "seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría".------------------------
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