Soja: menos cosecha pero a más alto precio
Es el producto de exportación estrella de Argentina y su efecto derrame es innegable. El dato positivo es que la tonelada está valuada en torno de los 520 dólares.En este caso rige la ley de la oferta y la demanda, según la cual cuando un bien escasea su precio sube. Y la oleaginosa se dispara por el golpe que sufrieron las cosechas en Sudamérica, a causa de la sequía. A lo que debe sumarse el hecho de que la demanda de forraje de Asia sigue sostenida.El clima seco provocado por el fenómeno La Niña afectó en diciembre y enero la soja de Argentina y los cultivos del sur del Brasil, dos de los mayores productores mundiales del grano.Si los principales productores mundiales cierran a la baja sus cosechas, es lógico que el valor de la soja tenga una tendencia alcista. La Bolsa de Comercio de Rosario recortó su estimación de cosecha nacional de 44,5 millones de toneladas a 43,5 millones.Según dijo, las pérdidas registradas en el norte del país fueron determinantes. Se calcula que unas 200 mil hectáreas de esa zona (Chaco, Formosa, Santiago del Estero) no podrán ser cosechadas por los estragos de la sequía.En paralelo, los rendimientos en las hectáreas que se pueden cosechar caerán considerablemente por debajo de los valores registrados el año pasado.El grueso de la cosecha argentina provendrá de la zona núcleo: el sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires y el sur-este de Córdoba. Esta región cosechará un total de 6 millones de hectáreas que alcanzará una producción de 13 millones de toneladas, es decir, cerca del 30% de la cosecha nacional.Entre Ríos -donde los productores salieron a la calle para protestar por un súper aumento del impuesto inmobiliario rural- también es una provincia considerada "sojera".Durante la campaña 2010/11, en la provincia de Justo José de Urquiza, sobre un área sembrada de 1.312.350 hectáreas, se produjeron 3.018.241 de toneladas de poroto.El proceso de sojización provincial adquirió características exponenciales si se piensa que en 1973 la siembra de esta oleaginosa rondaba las 4.000 hectáreas en territorio entrerriano, mientras su producción llegaba a 5.000 toneladas.La creciente demanda internacional explica el boom sojero en la región (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). La conformación de China y Asia como nuevo polo de poder capitalista, en las últimas décadas, está detrás del fenómeno.La demanda de carne de la pujante clase media de varios países asiáticos, impulsa el uso de la soja forrajera como alimento para el ganado, haciendo que el precio global del grano tenga precios exorbitantes.Si vivieran los fisiócratas como Francois Quesnay o Jacques Turgot, economistas del siglo XVII, verían verificada la idea pregonada por ellos de que la base de la riqueza está en las actividades agrícolas.La naturaleza, del griego 'fisio', regía los destinos de la economía, recordaban los fisiócratas. Quesnay explicó que cada órgano del cuerpo extrae de la sangre parte de su riqueza.Del mismo modo, decía, todas las clases sociales se alimentan de la riqueza que producen los agricultores. Aquí en Argentina, el fisco se queda con el 35% del valor total de la cosecha de soja (a través de las retenciones a las exportaciones), en tanto que los ingresos de esta producción se vierten en el conjunto de la economía.El comercio exterior, las cuentas públicas, la economía del interior, dependen de la plusvalía generada por la soja. La actividad inmobiliaria y la industria automotriz tienen a su vez fuerte vinculación con el poder adquisitivo del campo.
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