Treintañeros con alma adolescente
La adolescencia se ha prolongado en los últimos tiempos, coinciden los psicólogos. Por eso resulta más común encontrar jóvenes que superan los treinta años con rasgos psíquicos de inmadurez.Héctor Masoero, miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias de la Empresa (ANCEM), acaba de hacer una descripción algo cruda de los 'thirtyagers' o 'treintañeros', a los que asocia a una cultura del "todo ya y ahora".Aunque aclara que su intención no es generalizar, porque de hecho no todos los de esa edad se reflejan en su descripción, cree no obstante que se está ante una tendencia generacional lo suficientemente "palpable y cotidiana" que merece ser evaluada.Y esto porque en no mucho tiempo, advierte, estos jóvenes tomarán las riendas y tendrán la responsabilidad de conducirnos como sociedad, ocupando puestos claves.¿Qué rasgos inquietantes ve en ellos Masoero? "Viven despreocupados del mañana. Prefieren no asumir compromisos a largo plazo. Buscan definir y construir su propia identidad adulta, al tiempo que sus estados de ánimo y humor fluctúan rápidamente", escribió.Según su opinión, "intentan diferenciarse de sus padres y mostrarse independientes, pero recurren a ellos indefectiblemente cuando surgen dificultades. Desconocen la experiencia de la perseverancia y sacralizan la inmediatez".Además, "pretenden retirarse a los 50 años para poder 'disfrutar de la vida'. Esperan poder desarrollar rápidamente carreras profesionales y progresar económicamente con poco esfuerzo".Masoero dice que "los caracteriza una alta rotación laboral: suelen cambiar de trabajo y ocupación en forma precipitada, ante el más mínimo beneficio adicional prometido".Los treintañeros de hoy "priorizan su calidad de vida y el disfrute por sobre las obligaciones y los mandatos sociales" y "viven en un mundo más horizontal y signado por las relaciones entre pares".Por otro lado, "sus parejas tienden a ser inestables y ante las primeras dificultades suelen tambalear. Optan por cuidar mascotas y postergan indefinidamente la decisión de tener hijos hasta tanto se sientan maduros".Masoero, que además de académico ha tenido una vasta experiencia profesional, siendo alto ejecutivo de empresas de fuste, como Techint y Telefónica de Argentina, cree que su descripción es un retrato bastante certero de una parte importante de los jóvenes de sectores sociales medios urbanos.Trascartón se pregunta cuál es la responsabilidad de los adultos en la aparición de una generación que tiene dificultades para asumir compromisos de largo plazo y visualizar que los logros se consiguen en forma paulatina y planificada."¿Supimos trasmitirles la necesaria dosis de entusiasmo y la mística para proponerse grandes metas, trabajando duro para alcanzarlas?", se pregunta. "¿No son ellos en definitiva un producto propio de una sociedad que hipervalora el consumo y el éxito?", agrega.La descripción del empresario y académico empalma con otros diagnósticos realizados por psicólogos, quienes coinciden en afirmar que al contrario de lo que ocurría varias décadas atrás, cuando a los 20 años se ansiaba la independencia y era común irse a vivir solo o con un amigo, fuera de casa, hoy en día el adolescente medio permanece en el hogar de sus padres, tal vez más allá de los 25 años.En este contexto, Felisa Lambersky de Widder, coordinadora del departamento de niños y adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Argentina, cree que "hoy los niños y adolescentes asumen más tardíamente responsabilidades".
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