Turismo que estimula los territorios rurales
Hay una tendencia marcada hacia el disfrute turístico de lo rural. Gualeguaychú y toda su zona de influencia tienen, en este sentido, una potencialidad enorme para el desarrollo económico del territorio.Se suele asociar el turismo rural al hecho de pagar el alojamiento en una estancia o chacra, para pasar unos días gozando del ambiente campero. Sin embargo, éste es sólo un aspecto de la actividad.En efecto, el concepto involucra a todo el medio rural, estancias y pueblos, como un todo que se ofrece para la curiosidad y el placer de aquellos que buscan sosiego y naturaleza para su tiempo libre.Porque lo rural es una alternativa para el ocio, sobre todo de los habitantes de las grandes urbes, como Buenos Aires o del exterior, deseosos de recrearse en el paisaje, aprender alguna tarea rural, consumir productos naturales o conocer la idiosincrasia del interior profundo.En este sentido, en los pueblos del sur de Entre Ríos, hay una oferta atractiva en la que se combinan las tradiciones gauchas y las costumbres de los inmigrantes. Dos elementos que están en la vida de nuestra gente.Ese modo de ser único se refleja tanto en las comidas típicas como en el trato cordial y sencillo de los que viven en la campaña de Gualeguaychú, Urdinarrain, Larroque, Irazusta, Talitas, Parera, Britos, Aldea San Antonio, Gilbert, Santa Clara, Escriña, San Juan y Santa Celia.En estos pueblos, además, laten una historia y unas tradiciones que son el alma de estas comunidades visitadas. Como se ve, el turismo rural entraña una manera de disfrutar el terruño, de hallar placer en el descubrimiento de un ethos que empalma con la cultura del hombre del interior.El turismo puede convertirse, así, en la palanca para el desarrollo territorial. Ser un motor económico alternativo a la práctica tradicional de cultivar el suelo y de criar animales. Supone potenciar al máximo los recursos naturales y culturales de la región.Bien considerado, el turismo rural valoriza el patrimonio rural, toda vez que moviliza todo su potencial natural, económico, social, cultural y institucional, en torno a una actividad rentable que da viabilidad a nuestros pueblos del departamento.Es una manera legítima de enfrentar el éxodo rural, producto de un proceso incesante en las últimas décadas, que ha colocado a nuestros pueblos ante el peligro cierto de desaparecer.Como un proyecto compartido por los pueblos del sur entrerriano, el turismo rural está llamado a ser un elemento clave en una estrategia global de desarrollo territorial.Porque no sólo abre posibilidades para la mejora económica de los establecimientos agropecuarios, al diversificar la renta de los productores y sus familias, y compensar la estacionalidad agrícola.El turismo rural le da protagonismo a los pueblos rurales y fomenta al arraigo cultural. Nuestras comunidades están ansiosas por progresar, sus jóvenes sobre todos buscan un futuro en estas tierras, pero ello supone echar las bases materiales para que ello sea posible.Incrementar el turismo en la zona va en línea con este deseo colectivo. Desde el sector público y privado se viene trabajando en este sentido, aunque quizá la idea debe instalarse con más fuerza, involucrando a toda la comunidad en el esfuerzo.Se trata de crear una fuente de riqueza alternativa, capaz de crear trabajo y de promover el desarrollo de la ruralidad, revalorizando el patrimonio cultural de los pueblos del interior profundo.
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