Un clásico argentino: la inversión en ladrillos
¿Dónde invierten los argentinos que tienen capacidad de ahorro? En general hay una tendencia a buscar como refugio de valor la moneda norteamericana o las propiedades.El dato es que los materiales de la construcción y el precio de los inmuebles no frenan su avance. Es que el ladrillo siempre ha sido la inversión favorita de la clase con poder adquisitivo.Quienes tienen plata atesoran en dólares -ya sea en los bancos del exterior, en el colchón, en la caja fuerte-, o destinan su dinero a la compra de bienes inmuebles.Como los argentinos por otra parte "piensan en verde", el mercado inmobiliario está dolarizado. Las casas y departamentos se negocian en esa moneda (lo mismo pasa con el mercado automotor).Según datos del Banco Central, en los últimos tres años salieron del sistema casi la misma cantidad de dólares que hoy componen las reservas del país. Algo más de 50.000 millones de dólares.Básicamente son soja-dólares generados por la exportación. Según los economistas, ese dinero busca un "refugio de valor" ante la inflación, el temor a la devaluación y la inestabilidad del país.Gran parte de esa masa verde va al mercado inmobiliario y a la construcción. Gualeguaychú y alrededores, que se encuentran desde el punto de vista geográfico en una zona donde emergen los ahorros del campo, disfrutan de un ciclo alcista.Técnicamente, de hecho, se podría hablar de una "sobreinversión" en el sector que no sólo sostiene el precio de las propiedades sino su constante apreciación en dólares.De ahí que los asalariados, cuyos ingresos van a la saga de esa suba, se alejan cada vez más de la posibilidad de hacerse propietarios. A muchos de ellos no les queda más remedio que anotarse en algún plan estatal de vivienda social.El presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Néstor Walenten cuenta que este año se siente el "efecto campo" en los inmuebles por las buenas cosechas, rindes y precios internacionales de las commodities."Hay un efecto derrame del campo que llega a la actividad inmobiliaria. Hoy quienes invierten ya tenían los dólares atesorados o los tienen por las exportaciones", refirió en diálogo con el diario La Nación.En suma, los inmuebles, en un contexto inflacionario, son vistos como único vehículo de inversión a largo plazo. La contracara de este mercado en alza es la situación de los asalariados que buscan casa propia.Un estudio del Instituto de Análisis Fiscal (Iaraf) advierte que entre 2001 y 2010 el precio de los departamentos en pesos creció el 512%, frente a un incremento del 424% que tuvo el costo de la construcción.Pero el poder adquisitivo del salario, en términos de compra de inmuebles, se ha deteriorado todo este tiempo, dice Iaraf. Mientras que en 2001 hacían falta 75 sueldos (seis años) para adquirir un departamento tipo (de 76 metros cuadrados), actualmente son necesarios 125 sueldos (más de diez años).Lo mismo sucede con la construcción, sin considerar el valor de los terrenos. Actualmente hacen falta 58 salarios para una vivienda tipo, mientras que en 2001 bastaban 44.Pese a esta situación de desventaja del asalariado, los especialistas aseguran que no hay que esperar una baja de los valores inmobiliarios, que se muestran entonados por la presión compradora de los sectores medios-altos y altos de la sociedad.Una cosa parece clara: la inversión en ladrillos tiene arraigo entre los argentinos. La propiedad inmueble es vista entre nosotros como un refugio de valor, una eventual fuente de renta, y una garantía de seguridad ante la inestabilidad del país.
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