Un gesto fraternal hacia el necesitado

La colecta Más por Menos es una oportunidad para que creyentes y no creyentes hagan algo efectivo, de carácter solidario, a favor de compatriotas que sufren la marginación social.Sería una forma de demostrar en los hechos que esos argentinos son nuestros hermanos. Y que por tanto nos importan sus vidas. La colecta se lleva adelante este fin de semana en todas las iglesias y colegios católicos del país.Pero en los días siguientes se pueden hacer depósitos, cheques, giros y débitos de tarjetas de crédito. Todo lo recaudado apuntala los proyectos sociales y obras pastorales que la Iglesia encara en las regiones más necesitadas del país.La colecta se hace bajo el lema "Más solidaridad por Menos Exclusión". Este último término describe una nueva realidad social, emergente en las últimas décadas, en el país y en el mundo.Exclusión es el "proceso social de separación de un individuo o grupo respecto a las posibilidades laborales, económicas, políticas y culturales a las que otros sí tienen acceso y disfrutan" (diccionario de Giner).En este sentido "exclusión" es lo opuesto a "inclusión" o "integración social". El excluido es el individuo que está afuera, sin poder participar de las posibilidades de otros (los incluidos e integrados al sistema social).El dato dramático es la falta de participación política, económica, social y cultural de millones de argentinos, condenados a vivir en los bordes de la existencia colectiva.Es tal la magnitud del fenómeno que para algunos estudiosos se está en presencia de dos países o dos mundos, estructuralmente ajenos el uno del otro, en virtud de la brecha que los separa.No hace mucho, la escritora francesa Viviane Forrester conmovió el mundo de las ideas con un libro que lleva un sugerente título: "El horror económico".Forrester dice allí que el mundo del pleno empleo y de la cohesión social está desapareciendo. Que más allá de las fronteras geográficas y políticas, se impone una nueva civilización en la que millones de hombres y mujeres sobran.Por primera vez en la historia, afirma, el conjunto de los seres humanos es cada vez menos necesario. Descubrimos -dice la autora- que hay algo peor que la explotación del hombre (el problema de los siglos anteriores): la ausencia de explotación.Que una mayoría de hombres haya dejado de ser necesaria, que su existencia por tanto pase a ser superflua, casi material de descarte, es algo que repugna a la idea de la "familia humana".Esta es una de las ideas fuerza de la Encíclica "Caridad en la Verdad", de Benedicto XVI, en la cual se reactualiza el pensamiento de la Iglesia Católica ante la "cuestión social".Allí el pontífice pide un compromiso por un mundo más humano para todos, por el hecho de que todos somos hijos de Dios, creados a imagen y semejanza suya.La exclusión social, en este sentido, amenaza la existencia de la familia humana. La "falta de fraternidad", según el Papa, explica la expulsión de tantos hermanos de los beneficios del sistema social."No se debe considerar a los pobres como un fardo", asegura al explicar que con su exclusión se pierde una "riqueza" humana invalorable. No se puede tolerar, asegura, que se siga produciendo "el escándalo de las disparidades hirientes".Por otro lado, al hablar de los problemas ligados al hambre -una paradoja en la Argentina de la carne y los granos- el Papa apela a la conciencia de los cristianos:"Dar de comer a los hambrientos (Mt. 25,35.37.42) es un imperativo ético para la Iglesia universal, que responde a las enseñanzas de su Fundador, el Señor Jesús, sobre la solidaridad y el compartir".