Un llamado de fe: Pastores con olor a oveja

En diversas ocasiones el Papa Francisco ha acudido a esta expresión. Con ella quiere indicarnos estilos y actitudes de cercanía del pastor con su pueblo. Pero creo no equivocarme al suponer que en su mente está el Pastor que en el Evangelio carga sobre sus hombros a la oveja perdida para devolverla con ternura al redil. Monseñor Jorge Eduardo Lozano* Su contrario es la tarea tercerizada o digitada de lejos, o con asepsia hospitalaria. Pero sin compromiso vital. Las ovejas reconocen el silbido y la voz del pastor cuando lo escuchan todos los días. Si la cercanía se hace intermitentemente, con un "toco y me voy", casi como visita de compromiso, nuestra voz no se hace familiar, y entonces tampoco es confiable y seguible. Hoy se celebra en la Iglesia la memoria de San Juan María Vianney, patrono de los sacerdotes. Por eso quiero compartir con ustedes estas reflexiones."Llamados por Dios". Hay un gran misterio de amor en la vocación sacerdotal. A todos los cristianos Dios "nos eligió para ser santos y sin reproches por el amor" (Ef 1,4), nos enseña San Pablo. Ese llamado a la vida y a la santidad se despliega en los sacerdotes en esta particular vocación. Llamados en la fe para servir a la fe del pueblo de Dios que se nos confía.No es un trabajo con horario, no es un hobby que nos resulta placentero, no es un pasa tiempo... es un llamado que nos toma la vida por amor a Dios y a los hermanos. Resuena en nuestro interior la palabra de Jesús a Pedro: "si me amas, apacienta" (Jn 21).Llamados a la misión. El Señor eligió a los que quiso para que estuvieran con Él y enviarlos a predicar (Mc 3,14).La comunión (estar juntos con Él) es para la misión (los envió a predicar). ¡Cómo necesita el mundo de nuestra predicación! Jesús Resucitado dijo a los Apóstoles: "Como el Padre me envió yo también los envío a ustedes" (Jn 20)El envío es fruto del amor de Dios. También había afirmado ante Nicodemo: "Sí, tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él no muera, sino que tenga Vida eterna" (Jn 3,16). Hoy como entonces, Dios sigue amando al mundo y nos envía a nosotros, los sacerdotes como hijos amados suyos.Él quiere estar cerca especialmente de los pobres y excluidos, de los que no son tenidos en cuenta. Francisco nos alienta a "una Iglesia pobre y para los pobres", y esta es una de las claves de la alegría que expresan cristianos y no creyentes por su ministerio. La cultura del encuentroEl Santo Padre ha denunciado dos dogmas de esta sociedad: eficiencia y pragmatismo. Por eso debemos cuidarnos de "medir" la eficacia evangelizadora humanamente, con criterios mundanos, sin fe. La levadura en la masa parece perder el tiempo, sembrar y esperar requieren actitud contemplativa.Tenemos que prestar atención a no funcionalizar las relaciones, ni entre nosotros sacerdotes, ni con los agentes de pastoral ni con la feligresía en general. Tampoco con la secretaría parroquial porque el trato debe ser cordial, y no de "aduana pastoral" como señalaba el Papa hace unas semanas. Si bien lo administrativo es importante, las personas lo son más que los papeles.Para ir concluyendo. Te invito a alegrarte por la vocación de los sacerdotes y rezar por ellos. En septiembre tendremos la alegría de la beatificación del Cura Beato Brochero, un cura con gran fervor pastoral.Hoy, 4 de agosto es aniversario de la muerte de monseñor Enrique Angelelli. Acerca de él predicaba el Cardenal Bergoglio: "recibía pedradas por predicar el Evangelio y derramó su sangre por ello".Los jóvenes en Río de Janeiro nos han dado un testimonio concreto de la belleza y felicidad de la fe. Francisco también nos ha pedido dedicar tiempo a estar entre los jóvenes, escucharlos, acompañarlos.El viernes 9 viviremos un acontecimiento importante en nuestra diócesis, serán ordenados los primeros tres Diáconos permanentes. Te pido recemos por ellos y sus familias y comunidades.Recemos por las vocaciones sacerdotales, misioneras, al diaconado permanente, a la especial consagración. La Virgen María nos ayude cotidianamente a renovar el sí al Señor. *Obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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