OPINIÓN
Un nuevo contrato moral se validó con el voto del 14 de noviembre

El pueblo argentino se volcó a las urnas para validar y legitimar un modo de hacer política y la recuperación de ideales cívicos para nuestra vida en sociedad. La oposición bajo un frente que agrupa a varias posiciones ideológicas muestra la vida que tiene nuestra democracia y que posibilita tener distintos dirigentes con perspectivas de futuro también amplias y divergentes pero no por ello que pongan en riesgo ni la vitalidad del frente ni la persistencia de la gobernabilidad del régimen.
Por Leonardo Posadas * En verdad, todo esto debe ser motivo de celebración. La diversidad de opiniones, la multiplicidad de actores y los múltiples acuerdos políticos con fines electorales dejarán ver los temas más urgentes para una agenda legislativa nacional oxigenada y que de ahora en más quedarán expuestas para el debate en comisiones y recinto del Congreso Argentino. En este sentido, la vitalidad de la Unión Cívica Radical aportó a una campaña de bajo contenido deliberativo y comunicacional una muestra de emergencia de nuevos actores y un fortalecimiento de un partido nacional centenario. Hecho, que debe recalcarse en momentos en donde todo fluye y se vuelve un instante, una organización partidaria vuelve como institución capaz de colaborar y trabajar decididamente en la estabilidad política argentina. Motivo por el cual, si bien falta mucho para plantear escenarios de competencia política de cara al 2023 es claro que hay partidos y coaliciones bien definidas que irán por ese cambio del poder en la esfera ejecutiva. Por lo pronto hoy lo que nos preocupa, y debemos plantearlo con claridad, es que nuestro contrato o pacto cívico constitucional y sus leyes operativas tienen un espíritu que nos obliga a plantearnos una pregunta fundamental: ¿Cómo sostener el contrato social con la mitad de la gente viviendo en la pobreza, la precariedad y la informalidad? En la Argentina en donde a muchos funcionarios les reditúa la polarización dado que sólo les importa lograr activar las frustraciones del electorado producto de la pobreza, precariedad e informalidad, muchos debemos esforzarnos por superar esas mezquindades y atender a las necesidades más básicas para que la grieta y la desesperanza no se vuelvan parte de nuestra cultura. Nacimos con el ideal de la democracia gracias a los valores centenarios tributarios de la UCR y nos debemos a ellos. Hemos demostrado que la fuerza y la capacidad de movilizar pasiones por una mejor política se encuentran en cada uno de nuestros militantes. Somos un partido de revolución y gobierno, nacimos para conducir y desarrollar a este país, somos el pueblo, el trabajo, la esperanza y la voz hecha libertad y república. Por todo esto, quedó claro que el 14 de noviembre, nuestro pacto constitucional volvió a ser legitimado con un voto a favor de nuestra visión, y de ahora en más, debemos honrarlo para consolidar la paz interior, el bienestar general y los beneficios que nos da la libertad, para nosotros y las generaciones futuras. Ese es el camino, no dudemos, tenemos una nueva oportunidad. * Leonardo Posadas es dirigente de la Unión Cívica Radical.
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