Una inmigración atípica amante del supermercado
La corriente inmigratoria no latinoamericana más importante de Argentina durante la última década, ha sido la china. Entre góndolas de supermercados "argenchinos", se instala entre nosotros una cultura milenaria. Se estima que en total viven unos 120 mil chinos en el país. En ese número están incluidos, los primeros que llegaron en la década del '90, la primera generación nacida aquí y los que siguen llegando.Aunque en esa cifra hay que incorporar a 20.000 taiwaneses (insulares), según informa el director de la Cámara Argentino-China de la Producción, la Industria y el Comercio, Miguel Ángel Calvete.Cabría decir que mientras Argentina encontró viabilidad económica enviando poroto de soja a China, devenida en potencia global emergente, desde ese país superpoblado han venido importantes contingentes de personas para estas pampas.En los últimos cinco años, la colectividad china prácticamente se duplicó. El 80% de los que llegan a la Argentina provienen de la provincia costera de Fujian, frente a Taiwán.La actividad preferida de la comunidad asiática es el supermercado. El dato increíble es que se abren en el país a razón de 20 por mes y ya son más de 10.000.¿Por qué esta afición al supermercado? El cónsul de la República Popular de China en el país, Liang Jin'an, explicó que como en Fujian ese rubro es muy fuerte, esa costumbre se trasladó a estas pampas.La ciudad de Buenos Aires y el conurbano son la meta de esta inmigración. Hay un súper chino cada cuatro cuadras, en promedio. Desde el punto de vista cultural, se trata de un injerto atípico.El periodista Franco Varise, en un reportaje aparecido en el diario La Nación, en el que da cuenta de la vida íntima de esta colectividad, llama la atención de que sus miembros no comulgan con los valores individuales de Occidente."La concepción de la vida es absolutamente colectiva. Trabajo y ahorro son la base cultural. El resto (diversión, vacaciones) no está en el menú de un trabajador chino medio", relata.Aunque se trata de una comunidad pacífica y trabajadora, algunas noticias inquietantes la rozan. Como la que apareció días atrás con este encabezado: "La mafia china ahora ataca en el interior de la Provincia".La información daba cuenta que comerciantes de distintas localidades (Necochea, Quequén, Tres Arroyos, Mar del Plata y Bahía Blanca) se vienen quejando de que son blanco de la mafia asiática.La mayoría de los comerciantes afectados son chinos. Como opera toda mafia, les piden plata para no matarlos. Ha habido movilizaciones de protesta de todo tipo.La comunidad china en Mar del Plata, por caso, reclamó ante los tribunales. "Desde hace un tiempo vienen recibiendo llamados y cartas anónimas pidiendo dinero a cambio de protección para seguir trabajando, pero en realidad es 'pagá o te mato'", contó Paula Urcioli, de la Cámara de Autoservicios y Supermercados de Residentes Chinos (Casrech).Las estadísticas muestran que la radicación permanente de ciudadanos chinos se desaceleró el último año. Pero, como contrapartida, aumentó año tras año, en el último trienio, la cantidad de radicaciones temporales."Desde 2009 en adelante se ha desacelerado la inmigración de chinos al país porque cada año, en China, se suman a la clase media entre 40 y 50 millones de personas. Existe una movilidad social ascendente y los sueldos en áreas urbanas ya se equiparan o hasta superan los sueldos argentinos", diagnosticó Calvete.El nacimiento de una nueva y poderosa burguesía y un crecimiento a tasas notables, han convertido a China en una potencia económica de primer orden.
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