MOMENTO HISTÓRICO
Una monja larroquense presenció el momento de asunción de León XIV

Lucía De Luca, oriunda de Larroque y Superiora General de las Hermanas Terceras Mercedarias del Niño Jesús, compartió desde Roma un testimonio profundo y conmovedor.
La monja entrerriana Lucía De Luca, oriunda de Larroque y Superiora General de las Hermanas Terceras Mercedarias del Niño Jesús, compartió desde Roma un testimonio profundo y conmovedor, vivido en uno de los momentos más significativos de la historia reciente de la Iglesia: la muerte del Papa Francisco y la elección de su sucesor.
Conmovida y agradecida, Lucía relató cómo el destino –o como ella prefiere decir, la Providencia de Dios– la llevó a estar en Roma justo cuando se escribía una nueva página en la historia del mundo. El 8 de mayo, fue testigo, en medio de una multitud reunida en la Plaza de San Pedro, del anuncio oficial: el cardenal protodiácono Dominique Mamberti proclamaba en latín el nombre del nuevo Pontífice, Robert Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV.
Para entender la profundidad de ese momento, Lucía invita a retroceder unos días, al 21 de abril, cuando se conoció la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Para ella, fue un impacto inesperado: apenas días antes lo había visto en televisión, bendiciendo a los fieles y caminando entre la gente. “Fue una sorpresa”, confesó, pero también un momento de gratitud por un pontificado marcado por la cercanía a los más pobres. “Un gesto que guardaremos en el corazón, una bendición para todos”, expresó.
Con el corazón aún conmovido, Lucía emprendió el viaje a Roma el 4 de mayo, con la misión de participar en la Asamblea de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), un evento que se celebra cada tres años y reúne a religiosas de todo el mundo. Sin imaginar lo que viviría, al llegar a Roma recibió la noticia: el Cónclave comenzaría el 7 de mayo. “Nos dimos cuenta de que podríamos estar para las primeras fumatas… y soñábamos con presenciar la fumata blanca”, recordó con ilusión.
La Asamblea, que comenzó el 5 de mayo bajo el lema “Vida religiosa, una esperanza que transforma”, reunió a 950 religiosas de diferentes congregaciones y continentes. Lucía describió el encuentro como “una experiencia de sinodalidad y comunión en la diversidad”, una vivencia única que reflejó la riqueza de la vida religiosa en el mundo.
El 7 de mayo, Lucía y dos hermanas más madrugaron para estar en la Plaza de San Pedro. Antes, se detuvieron en oración ante la tumba del Papa Francisco. Esa noche, después de esperar tres horas, apareció la primera fumata… y fue negra. “Nos volvimos emocionadas, por haber estado ahí junto a personas de todo el mundo esperando ese momento”, contó. Más de 40.000 personas se encontraban en la plaza, aunque las religiosas no llegaron a dimensionar su magnitud.
Al día siguiente, la expectativa seguía latente. Durante la Asamblea, les proyectaron en directo otra fumata negra al mediodía. Pero la emoción se desató por la tarde. “Teníamos todo preparado para salir después de las 18, porque se esperaba la fumata a las 19 horas”, relató Lucía. Y así fue: poco antes de la hora señalada, la fumata blanca se elevó sobre el cielo de Roma, provocando una explosión de júbilo. “Empezamos a cantar, a dar gracias a Dios, y salimos enseguida hacia la plaza”, narró con el corazón aún vibrando de emoción.
El camino hacia San Pedro fue inolvidable. “Era impresionante ver cómo llegaba gente por todos lados, algunos corriendo, otros apurados. Todas las edades, todos los colores, todas las culturas… todos queriendo saber quién sería el nuevo Papa”, recordó. Fue una auténtica fiesta de fe, una alegría compartida entre miles de personas unidas por la esperanza y la emoción.
Lucía se sintió profundamente bendecida por estar allí. “Nunca imaginamos que esto sucedería. El encuentro en Roma estaba planificado desde hacía un año… fue la Providencia de Dios la que nos trajo hasta aquí justo en este momento”, reflexionó.
Conmovida, concluyó con palabras de fe y gratitud: “Dios siempre nos sorprende y se hace presente de mil maneras. Esta fue muy especial. Mi corazón está lleno de gratitud por haber vivido algo tan único”.
Fuente: Acción de Larroque