Una vida saludable contra la obesidad
Entre las enfermedades de civilización, cuyo origen se vincula al estilo de vida moderno, figura la obesidad. La Argentina muestra indicadores preocupantes sobre esta dolencia.Hace poco se conoció que tres de cada diez argentinos sufren la peor obesidad: tienen exceso de grasa en la panza, lo que genera serios riesgos para la salud.El dato surge a partir de un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), con sede en Texas, Estados Unidos, que evaluó los factores de riesgo cardiovascular en siete ciudades latinoamericanas, incluyendo a 1.482 adultos de Buenos Aires.Para hacer el estudio, se tomaron mediciones del perímetro de la cintura de los participantes. Esto sirvió para determinar la presencia de obesidad abdominal.
Así, los investigadores hallaron que su prevalencia en hombres y mujeres era similar, aunque difería en cuanto a las edades. "La cantidad de argentinos con obesidad abdominal es llamativa, porque sabemos que las personas con panza, como se dice popularmente, tienen un mayor riesgo cardiometabólico", dijo a Clarín Carlos Boissonnet, cardiólogo del CEMIC y director del consejo de epidemiología de la FIC.
El aumento del riesgo se debe a que las células que almacenan la grasa en el abdomen tienen una mayor actividad dañina para el resto del organismo. Y esto porque esas células producen las sustancias tóxicas que conducen a otros desequilibrios.Así suben la glucemia, los triglicéridos y la presión arterial, provocan resistencia a la insulina, reducen el colesterol bueno y aumentan la inflamación de la pared de las arterias.
"La obesidad abdominal en la Argentina, se encuentra en un rango bajo con respecto a México (con más del 40%) y los Estados Unidos, pero esto no significa que aquí estemos bien. Nuestra situación es comparable a países europeos".Eso explicó Herman Schargrodsky, director del estudio, presidente de la FIC, y cardiólogo del Hospital Italiano. Según el especialista, "el problema se debe a que la gente hace poca actividad física, y consume alimentos procesados y con mucha grasa, sal y azúcar refinado. Por si fuera poco, se consume pocas frutas y verduras".Es decir, tener panza no sólo es un problema estético, sino un factor de riesgo para la salud de las personas. Y sólo se lo combate promoviendo una vida saludable."Muchos flacos pero con panza piensan que no corren riesgos. Pero se trata de la peor obesidad. La clave para contrarrestarla es comer menos y moverse más", asegura al respecto Mónica Katz, especialista en nutrición de la Universidad Favaloro.Con respecto a la actividad física, Silvia Schraier, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición y profesora de la Facultad de Medicina de la UBA, aconsejó que "las caminatas rápidas deben ser diarias, como el cepillado de dientes".Entre otras recomendaciones, señaló que hay que evitar el uso de los controles remotos dentro de la casa y preferir las escaleras en lugar del ascensor.Con respecto a las caminatas rápidas, la doctora Katz dijo que "se trata de una actividad aeróbica con intensidad moderada, que lleva a degradar la grasa que se acumula en la panza". Cabe consignar que la obesidad es un problema que empieza en la infancia. En Argentina, hay un 15% de chicos con sobrepeso y un 6% de obesos. Esto significa que la prevención debe empezar mucho antes.Cambiar los hábitos alimentarios y evitar la vida sedentaria aparecen como los remedios más eficaces contra la obesidad. En este sentido, estos consejos deberían formar parte de un programa de concientización entre la población.Hay que pensar que en salud la clave está en prevenir los males del cuerpo.
Así, los investigadores hallaron que su prevalencia en hombres y mujeres era similar, aunque difería en cuanto a las edades. "La cantidad de argentinos con obesidad abdominal es llamativa, porque sabemos que las personas con panza, como se dice popularmente, tienen un mayor riesgo cardiometabólico", dijo a Clarín Carlos Boissonnet, cardiólogo del CEMIC y director del consejo de epidemiología de la FIC.
El aumento del riesgo se debe a que las células que almacenan la grasa en el abdomen tienen una mayor actividad dañina para el resto del organismo. Y esto porque esas células producen las sustancias tóxicas que conducen a otros desequilibrios.Así suben la glucemia, los triglicéridos y la presión arterial, provocan resistencia a la insulina, reducen el colesterol bueno y aumentan la inflamación de la pared de las arterias.
"La obesidad abdominal en la Argentina, se encuentra en un rango bajo con respecto a México (con más del 40%) y los Estados Unidos, pero esto no significa que aquí estemos bien. Nuestra situación es comparable a países europeos".Eso explicó Herman Schargrodsky, director del estudio, presidente de la FIC, y cardiólogo del Hospital Italiano. Según el especialista, "el problema se debe a que la gente hace poca actividad física, y consume alimentos procesados y con mucha grasa, sal y azúcar refinado. Por si fuera poco, se consume pocas frutas y verduras".Es decir, tener panza no sólo es un problema estético, sino un factor de riesgo para la salud de las personas. Y sólo se lo combate promoviendo una vida saludable."Muchos flacos pero con panza piensan que no corren riesgos. Pero se trata de la peor obesidad. La clave para contrarrestarla es comer menos y moverse más", asegura al respecto Mónica Katz, especialista en nutrición de la Universidad Favaloro.Con respecto a la actividad física, Silvia Schraier, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición y profesora de la Facultad de Medicina de la UBA, aconsejó que "las caminatas rápidas deben ser diarias, como el cepillado de dientes".Entre otras recomendaciones, señaló que hay que evitar el uso de los controles remotos dentro de la casa y preferir las escaleras en lugar del ascensor.Con respecto a las caminatas rápidas, la doctora Katz dijo que "se trata de una actividad aeróbica con intensidad moderada, que lleva a degradar la grasa que se acumula en la panza". Cabe consignar que la obesidad es un problema que empieza en la infancia. En Argentina, hay un 15% de chicos con sobrepeso y un 6% de obesos. Esto significa que la prevención debe empezar mucho antes.Cambiar los hábitos alimentarios y evitar la vida sedentaria aparecen como los remedios más eficaces contra la obesidad. En este sentido, estos consejos deberían formar parte de un programa de concientización entre la población.Hay que pensar que en salud la clave está en prevenir los males del cuerpo.
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