Urnas a la vista
Es prematuro hablar de elecciones cuando todavía le restan 21 meses al presente período y un volumen importante de problemas por resolver. Sin embargo, en algunos cenáculos oficiales de Paraná han comenzado a rodar -todavía a media voz- ciertos comentarios sobre la posibilidad de adelantar a marzo de 2011 los comicios provinciales separándolos de las elecciones nacionales de presidente y vice.Por Mario Alarcón Muñiz Al ciudadano común le llama la atención esto que a primera vista parece un apresuramiento desmedido, pero cabe tener en cuenta que ya hay nombres en la calle. El gobernador Sergio Urribarri es un candidato cantado. Inclusive él mismo ha deslizado su intención de postularse a la reelección, alentada por su entorno inmediato y por varios intendentes, de modo que la carrera ya tiene un inscripto.Nada ha expresado aún Jorge Busti acerca de sus aspiraciones, pero propios y extraños no dudan que también se anotará en la contienda por el sillón de Pancho Ramírez. Es casi una rutina ubicar al actual presidente de la Cámara de Diputados en la línea de largada. Se rumorea que la oficialización de su candidatura podría depender en buena medida del armado nacional del Peronismo Federal o de una supuesta coalición que esta fuerza integre. No pocos allegados al ex gobernador confían en sus posibilidades de completar una fórmula con Duhalde, Das Neves, Solá u otros presidenciables, lo cual de ser así le despejaría el camino a Urribarri en la interna del justicialismo.De todos modos lo más probable es que Busti no compita dentro del PJ, pues días pasados anunció su decisión de "no participar mientras Kirchner presida el partido". En buen romance esto equivale a anticipar que iría por afuera. El equilibrioEl posible adelanto de las elecciones provinciales y su separación de las nacionales encuentra antecedentes gestados precisamente por Busti, cuando desempeñaba la gobernación en 2007 y propiciaba la candidatura de su ministro de Gobierno, Sergio Urribarri. Éste fue electo en marzo, siete meses antes de los comicios de presidente y a nueve meses de iniciarse los nuevos mandatos. Durante ese tiempo cohabitaron un gobernador en ejercicio y otro electo, claro que por entonces en total acuerdo. ¿Y si no hubiese sido así?Es riesgoso para la gobernabilidad y la tranquilidad pública abrir un margen tan amplio entre la elección y la entrega del poder. Tampoco favorece el ajustado espacio de tres semanas que estableció el ex gobernador Sergio Montiel en 2003. Ni tan largo ni tan corto. El equilibrio sigue siendo una regla insoslayable de la política. Los intendentes Quienes propician desdoblar las elecciones de 2011 en Entre Ríos, desconfían (y vaya si hay razones) de la suerte electoral del kirchnerismo. Suponen que será muy pesado remontar con propuestas provinciales una boleta K. Ya ocurrió el 28 de junio pasado, cuando el entonces unido oficialismo entrerriano procuró de todas formas ocultar al matrimonio presidencial. Y si bien la diferencia fue mínima, el resultado se tradujo en derrota. Nadie quiere repetir la experiencia.Por otra parte, según se considera en ciertos cenáculos de la Casa Gris, el apoyo de los intendentes a Urribarri será decisivo. Unos irán por su propia reelección, otros por alguna banca conforme se acostumbra en nuestra provincia, donde unos aquí, otros allá, por lo general son los mismos (también en la oposición) y si a veces cambian es sólo de casillero en el presupuesto.En caso de realizarse el comicio provincial en marzo de 2011 conforme al rumor que está creciendo, más de un intendente cae en insomnio pensando cómo hará para sostenerse los últimos nueve meses de la gestión con los escuálidos recursos municipales, si no se suma a las huestes del gobernador. Y esto también tiene importancia.
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