Urribarri sigue intentando aislar el conflicto
Nuestro gobernador viajó esta semana a Montevideo acompañado de empresarios entrerrianos. Todo podría tomarse como algo natural del mandatario de una provincia limítrofe, que busca acentuar una relación comercial. Podría, pero nadie puede ignorar el contexto en el que estamos sumergidos.Por Gustavo RivollierOpiniónDurante 6 años, los vecinos de Gualeguaychú y otras ciudades cercanas al Río Uruguay, hemos estado defendiéndonos de un ataque artero a nuestro modo de vida, nuestro patrimonio natural y por qué no, a nuestra soberanía.Nunca hemos podido tener una relación fluida con el gobernador. Nunca pudimos convencerlo que la planta contamina en dimensiones alarmantes, acorde a su tamaño y su mezquino diseño, que eludió gastar, entre otras cosas, en una planta de tratamientos de efluentes terciarios, como ejemplo demostrativo que la hace ya, con solo una inspección de reconocimiento, blanco de protestas en las reuniones de la Comisión Administradora del Río Uruguay.Nunca entendió Urribarri de qué se trataba esto, a punto tal que en pleno aporte de pruebas ante la corte de La Haya llego a decir que Botnia-UPM: "hasta el momento no se ha detectado" que contamine, agregando un nuevo esfuerzo a los abogados de Cancillería que sacaron de la galera distintos argumentos para evitar quedar en desventaja en el tribunal.Con el conflicto en esta etapa tampoco parece entender el esfuerzo de hace un sector de nuestra cancillería, peleando día a día con sus pares uruguayos, a quienes solo les interesa evitar a toda costa que Botnia-UPM sea controlada, en un acto desesperado de manipulaciones y mentiras, alineando tras de sí todo el arco político de ese país. Una dura batalla, si tenemos en cuenta declaraciones de funcionarios como Sigal, científicos como Martínez del INTI, y gran parte del arco político opositor, que no ayudan para nada a consolidar ese frente común que debe tener una "causa nacional".Esa "causa nacional", debemos tener claro que agotados los caminos del diálogo y los legales, es casi la única herramienta que nos queda para forzar al Uruguay a sentarse en una verdadera mesa de negociación.En medio de todo esto, también mencionemos las calificaciones del Presidente Mujica ante la prensa, donde se arroga el derecho de analizarnos y calificarnos, ponderando las expresiones de Batlle allá por el 2002, en un evidente elogio a sectores del partido Colorado, duro con él en estos momentos. Con esto Mujica vuelve a antiguas prácticas de sus antecesores, fomentando un nacionalismo que se basa en lo anti-argentino, pero que se doblega ante las inversiones del primer mundo.Mal momento eligió gobernador para hacer negocios. Las diferencias al igual que las heridas, solo sanan cuando se solucionan o curan, y por aquí las heridas están abiertas, y el conflicto está sin resolver.[email protected] - integrante de la Asamblea Ciudadana Ambiental
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