LARRETA LARGÓ, ¿Y EL PRESIDENTE?
De la Antártida al desierto, el largo camino que le espera a los presidenciables

El problema no es la grieta, ni la política ni los nombres, es la economía. Cayó el primero. Si bien era un secreto a voces Larreta dio el paso formal de su lanzamiento. Su pelea con Patricia Bullrich pinta feroz en el PRO. Faltan los radicales que, como si hubiera tiempo para hacerlo, dudan. Del otro lado, el Presidente Alberto Fernández hizo lo suyo desde la Antártida. ¿Fue el lanzamiento de su campaña para la reelección?
Por Jorge Barroetaveña
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no tendrá un lecho de rosas hacia la Casa Rosada. Primero tendrá que enfrentar la resistencia de los más duros de su propio partido, que lo acusan de ‘tibio’ y afecto a negociar con el kirchnerismo. Hunden el dedo en su amistad con Sergio Massa y ahora en el discurso ‘antigrieta’ que dominó su lanzamiento. Bullrich lo sacude una y otra vez con eso, a sabiendas del pensamiento del votante duro de la oposición. En este berenjenal de candidaturas algo pasó desapercibido: Macri no será candidato. El miércoles se sacó fotos con María Eugenia Vidal, otra de las aspirantes, y ayer publicó en sus redes sociales la satisfacción por el lanzamiento de Larreta. Va de suyo. El mensaje es que decidió no ser candidato y sólo falta que lo ponga en palabras. Es algo que distintos referentes de Juntos por el Cambio le reclamaban. Sólo falta el anuncio formal.
Con el ex presidente fuera de batalla, todo quedará en manos de Larreta, Bullrich, Morales, Manes y no mucho más. La zaranda dejará a los que tengan resto para llegar. Habrá que ver en qué condiciones, sobre todo en el oposición donde la lucha amaga ser sangrienta.
La sociedad se pregunta en tal caso, ¿por qué y para qué se pelean? El que asuma el gobierno nacional el 10 de diciembre recibirá un estado devastado, endeudado y con niveles de inflación insoportables. Una paleta política desprestigiada y dividida y, si es la oposición, un peronismo que ya se prepara para dar pelea desde el llano y desde los infinitos lugares de poder que seguirá detentando. Es razonable la estrategia de Larreta. El porteño apunta lo que sucederá en el futuro, más allá de las PASO y la elección general. Pero, en política siempre hay un pero, antes están las PASO y la general. En el 2019 las PASO hicieron de general confirmando que Macri sería eyectado de la Casa Rosada. Este año habrá un convidado de piedra que nadie se atreve aventurar hasta dónde llegará: Javier Milei. El mundo sabe que el electorado de Milei abreva de Juntos por el Cambio. Esa división del voto opositor puede terminar siendo letal para cualquiera de las dos alternativas, aunque mucho peor para los cambiemitas que ya se prueban el traje de Presidente. En un ballotage la historia será distinta. Se vota el menos malo de los dos y no hay tantos matices.
Pero en el medio, tienen que atravesar el desierto. O la Antártida como propuso el Presidente Alberto Fernández que, desde el continente blanco, lanzó su candidatura a la reelección. Nadie con cierta lógica política puede suponer que Alberto tiene chances de ser reelecto. Pero esa no es una cuestión medible ahora. El Presidente no se puede dar el lujo de quedar el costado cuando todavía le faltan 9 meses para dejar el poder. Si hoy su poder ha sido vaciado por el kirchnerismo en alianza con Massa, ¿qué podría esperarle si avisa que no hará un intento por ser reelecto?
No tiene alternativas. Su actitud indigna a la Vicepresidenta y llena de enojo a sus seguidores. El ‘mediocre’, que Grabois le asestó al jueves en el lanzamiento de su libro al Presidente, es el sentimiento compartido por buena parte del peronismo, más no hay otra cosa. El incombustible Daniel Scioli también levantó la mano y dijo que está dispuesto para el ‘mandado’ con fe y esperanza. “Yo soy el verdadero antigrieta”, avisó para contestarle a Larreta. Por ahora, al Embajador en Brasil nadie lo toma en serio.
El detalle que atribula es que el peronismo gobierna, o debería gobernar. Es tan baja la intensidad que le pone a la historia que ni siquiera la mayoría en el Senado pudo conservar. Edgardo Kueider, senador entrerriano y mano derecha de Bordet (llegó a ese lugar por el actual gobernador) pegó el portazo y dejó mal herida la mayoría que detentaba el Frente de Todos. No lo hizo solo claro, lo acompañan otros legisladores también disconformes con los manejos de Cristina y las supuestas promesas ‘incumplidas’ del Presidente de la Nación. Kueider, es justo decirlo, hace rato viene peleando por una tarifa eléctrica diferenciada para Entre Ríos. Según reveló hubo una promesa que nunca se cumplió. Bordet, atento a la repercusión, salió a tomar distancia y definió que “seguimos formando parte de este proyecto”, aunque no aclaró a qué ‘proyecto’ se refería. Otro síntoma, y van, de la descomposición de un Frente de Todos que ya no es de todos. Sólo de los que quieren quedarse.